Todo lo que no hay que hacer mientras amamantás a tu bebé en sus primeros días de vida

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La puericultura perinatal, Silvia Solá, informa qué no se debe hacer para que las mamás sepan cómo amamantar correctamente a los bebés recién nacidos.

 

 Usar paños fríos

El frío contrae el tejido glandular e inhibe la sensibilidad del pezón haciendo que el flujo de leche sea lento y sin reflejo de eyección.

Usar paños calientes

El calor en exceso puede distender mucho el tejido glandular y ofrecer un alivio temporal. Luego de unas horas ese tejido es ocupado por leche y la inflamación aumenta. Incluso el calor en exceso puede lastimar la delicada piel de la mama. Irritarla, deshidratarla y hacer que se descame.

Esperar tres horas entre cada toma

Nunca un tiempo de espera entre las tomas puede redimirse a un número estricto y uniforme para todos los bebés. Comprender la fisiología del puerperio y la necesidad individual de cada bebé en relación a su peso de nacimiento y edad gestacional es de buen criterio profesional. Hacer esperar a un bebé entre tomas es interferir en su nutrición.

Cambiarle el pañal antes de alimentarlo

Nunca debemos dejar llorando a un bebé para cambiarle el pañal si está mostrando señales como reflejo de búsqueda u hociqueo. Desperdiciar su preciosa energía de llanto en lugar de alimentarlo primero es inadecuado.

Ubicar los dedos de la madre en la aréola achicándola para meterla teta en la boca del bebé

Los dedos de la madre deben estar bien lejos de la zona de incidencia de la boca del neonato. Ubicar dedos en la zona donde el bebé debe poner su lengua y su labio superior hace que el pezón sufra una extensión excesiva y acabe por lastimarse.

Alinear panza con panza al bebé y a su mamá

Esta es la indicación más confusa que reciben las madres al momento de iniciar la lactancia. La panza de ninguno de los dos interviene durante la toma. Lo importante es que la carita del bebé esté orientada hacia la teta como si fuera a darle un beso.

Bajarle la perita al bebé para ubicar bien la boca

No tocamos nunca la boca de un bebé ni para abrirla ni para acomodarla una vez prendido. Lo único que se logra con esta intromisión es tensión en la boca del bebé y distancia entre su carita y la teta.

Es posible que hayas escuchado una o más de estas recomendaciones. Muchas veces seguirlas puede generar más tensión en tu bebé y dolor al amamantar. Si tenés dudas acerca de cómo hacerlo consultá con el especialista.