Comer siempre en soledad podría estar afectando tu salud

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Al estar sola podés saltear el almuerzo o la cena y después ante el hambre que ataca de improviso terminar comiendo cualquier cosa que se tenga a mano. No se disfruta del alimento y una se siente mal, pesada por comer rápido, o con frustración por no haber podido cumplir el objetivo de nutrirse en forma saludable.


De hecho, la soledad puede ser una aliada o un problema a la hora de alimentarnos. Porque si bien es cierto que por un lado no están las tentaciones que suele haber cuando se comparte la mesa con alguien que descuida su alimentación, por el otro tampoco se cuenta con el espejo de otro, ni la conversación que hacen del comer un acto social, donde se le resta al alimento su rol protagónico.

Incluso, hay nuevas investigaciones que encontraron una relación entre el hábito de comer en solitario y el riesgo cardiovascular: existe una correlación directa entre las personas que comen solas y la presión arterial alta o los niveles altos de colesterol.

Aunque los resultados mostraron que los efectos de la comida solo son más frecuentes en los hombres, lo que los hace un 64 por ciento más propensos a contraer el síndrome metabólico, las mujeres también son afectadas: el 29 por ciento de mujeres solteras mostraron una alta probabilidad de desarrollarlo.

¿Qué hacer si vivís sola?
Por supuesto la solución no es buscar cualquier compañía. Pero hay muchas buenas costumbres que se pueden adoptar para hacer del momento de las comidas un hecho saludable.

1. Organizar la cocina y la heladera. No llegar a casa y darse cuenta de que está vacía y terminar llamando al delivery. Dedicar un día por semana a ir a la verdulería y tener alimentos saludables, como cereales, arroz, huevos y carnes desgrasadas cocidas y freezadas.

2. Almacenar la comida, de forma que sea atractiva y fácil de acceder. Tanto en la heladera como en el freezer usar tapers rotulados y, en las alacenas, elegir frascos de vidrio con alimentos saludables a la vista. Todos aquellos envasados industrializados tenerlos bien guardados, para consumirlos con menos frecuencia.

3. Planificar las compras y hacerlas sin tener hambre, para no "comprar con los ojos".

4. Detectar en el barrio alguna rotisería, supermercado o lugar de comida al peso que ofrezca bandejas de frutas, ensaladas y carnes horneadas.

5. Agendar encuentros con amigos en lugares para sentarse a comer bien y poder conversar, en lugar de salidas a bares donde solo hay bebidas y tragos.

6. No comer mirando la tele o la computadora. Poner la mesa y sentarse a comer con tranquilidad. Poner una música tranquila, tomarse el tiempo necesario para asimilar los alimentos y digerirlos correctamente.

7. Dejar los alimentos más placenteros para compartir con otros. Esa picada, ese postre, ese chocolate que si bien no es nutritivo, se puede incluir en una dieta saludable, en su justa medida y resulta un deleite comerlos en compañía, en una situación social; eso le va a agregar un plus a la experiencia.