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Jue, Mar

Reciente investigación de científicos argentinos es la punta del ovillo para acabar con el Síndrome Urémico Hemolítico

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El Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) es una enfermedad grave, potencialmente mortal, que afecta principalmente a niños menores de 5 años, pero puede presentarse a cualquier edad. Las personas que sobreviven tienen alto riesgo de quedar con serias secuelas. La complicación más temida es la Insuficiencia Renal Crónica (IRC) con necesidad de diálisis para toda la vida o de ser sometidas a un transplante renal.  También pueden producirse lesiones neurológicas severas y amputaciones, entre otras problemáticas, que afectarán seriamente la calidad de vida de la persona afectada.

 

  El SUH es producido por una bacteria, la Escherichia Coli –variedad Shiga- que ingresa al organismo por vía digestiva y luego se disemina por el torrente sanguíneo produciendo lesiones inflamatorias en los pequeños vasos de todo el organismo y secundariamente rotura de los glóbulos rojos (hemólisis). Esta lesión vascular generalizada puede afectar la circulación de cualquier órgano de la economía pero tiene predilección por los riñones y por el cerebro.

El SUH es la causa más frecuente de Insuficiencia Renal Aguda en niños (IRA) y es la segunda causa de Insuficiencia Renal Crónica (IRC).                                            

Es responsable del 20% de los transplantes renales en niños. En nuestro país se producen unos 400 casos anuales. El 2% fallecerá y alrededor del 20% quedará con una IRC, además de otras complicaciones graves.

La bacteria causante de la enfermedad se encuentra principalmente en la materia fecal del ganado vacuno (principal reservorio), aunque también ha sido encontrada en otros animales –ovejas, cabras y roedores-. De esta manera se puede contaminar la leche, el agua, la fruta, las verduras y también se puede trasmitir de persona a persona (a través de la contaminación de las manos).

Cuadro Clínico:

El cuadro suele comenzar a los pocos días de ingerir el alimento contaminado o bañarse en aguas que contienen la bacteria. Los principales síntomas son los siguientes:

-Diarrea con sangre, dolor abdominal, vómitos

-Fiebre

-Palidez importante –anemia aguda-

-Hemorragias

-Disminución de la cantidad de orina o falta total de micción –anuria-

-Presión arterial elevada

-Convulsiones y otros síntomas neurológicos

Tratamiento:

No existe un tratamiento específico para la enfermedad. Una vez que la bacteria ha penetrado en la sangre –a partir del tubo digestivo- solo se puede tratar de recuperar la función de los órganos afectados y evitar mayores daños en otras partes del organismo. Se corregirá la anemia severa con transfusiones. Se tratará la Insuficiencia Renal –muchas veces es necesario dializar al paciente-. Se tratarán las convulsiones cuando se presenten. En relación al tratamiento de las secuelas crónicas, se sugiere la internación domiciliaria para que la persona reciba todo lo que necesita, evitando infecciones intrahospitalarias y estando cerca de sus seres queridos, lo que favorece su recuperación. En fin, el tratamiento irá dirigido al sostén del paciente hasta tanto la enfermedad remita.

Prevención:

La prevención primaria reside en evitar que el alimento contaminado con la bacteria penetre en el organismo. Para ello se recomienda:

-Cocinar bien la carne (la bacteria se destruye a 70°C).

-Utiilizar distintos utensilios de cocina para manipular la carne cruda y la cocida, al igual que para las verduras.

-Evitar el contacto de la carne cruda con otros alimentos.

-Consumir lácteos pasteurizados y conservar la cadena de frío.

-No consumir jugos de frutas sin pasteurizar.

-Lavar cuidadosamente verduras y frutas.

-Lavarse las manos con agua y jabón al manipular alimentos y después de ir al baño.

-No bañarse en ríos, lagunas que pudieran estar contaminados.

-Asegurarse la potabilidad del agua.

¿En qué consiste la nueva investigación científica?

El descubrimiento realizado por científicos argentinos, si bien todavía no ha sido aplicado en seres vivos, es un importante avance para el tratamiento de la enfermedad.

El diseño del experimento cumplió los siguientes pasos:

1. Se inmunizó –se vacunó- a una población de hembras vacunas gestantes mediante la inyección de partículas de la bacteria –E.Coli Shiga-. (ECS)

2. Se comprobó que los animales vacunados habían fabricado anticuerpos (defensas naturales producidas por el organismo) para la ECS

3. Se recogió el calostro –primera leche- de las vacas previamente inmunizadas  y se comprobó que también poseía anticuerpos contra la bacteria.

4. Se hizo un preparado de laboratorio con células intestinales humanas infectadas con la bacteria.

5. Se enfrentó el calostro (que contiene los anticuerpos) con el preparado de células intestinales infectadas.

6. Se comprobó que ante la presencia del calostro, las bacterias no eran capaces de dañar las células intestinales. Dicho de otra manera, el calostro de vacas previamente inmunizadas fue capaz de evitar la lesión que producen las bacterias en las células intestinales.

Si bien esta investigación está aún en fase de experimentación es un importantísimo avance para el tratamiento del SUH. Sería factible diseñar anticuerpos sintéticos (hechos en el laboratorio) o producir anticuerpos naturales –a partir de la vacunación de las personas- para evitar que la bacteria dañe las paredes del intestino y así evitar la progresión de la enfermedad y sus deletéreas consecuencias.