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Mar, Abr

La importancia de la piel

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La piel, como todos conocemos, es el órgano humano visible más extenso, nos cubre todo el cuerpo, y a su vez nos protege los órganos internos. Pero no siempre está en perfectas condiciones y cuando eso ocurre hay que prestar atención porque en su aspecto se puede notar envejecimiento, involución, o detectar alguna enfermedad.


¿A qué se deben estos cambios en nuestra piel?

El proceso natural de envejecimiento puede ser acelerado por factores externos como el clima, la temperatura, la humedad, el tabaco, el alcohol y el  estrés. Por suerte ahora se está tomando un poco más de conciencia sobre cómo tomar sol, ya que ésto produce una gran incidencia del foto envejecimiento y esta radiación solar acelera la formación de arrugas.

A su vez, la involución se debe a esta combinación y desgaste orgánico, a las mutaciones cromosómicas, a la rigidez progresiva del colapso y al cúmulo de radicales libres. En pocas palabras, al engrosamiento de la piel, y por eso se acartona y se arruga, desmejorando el aspecto. También puede producir una atrofia cutánea, alteraciones de las fibras elásticas, colágenas y reticulínicas.


Para contrarrestar todo esto, que es de una gran carga para la piel, hay diferentes medidas preventivas y procedimientos clínicos  complementados por métodos cosméticos, como ser ácidos en invierno, punta de diamante que se puede emplear todo el año, pero siempre protegiéndote del sol, y se puede trabajar con radiofrecuencia para estimular la elasticidad y el colágeno perdidos.

Nosotras podemos ayudar con una buena humectación e hidratación. Es fundamental aclarar que ambas no son sinónimos porque la hidratación actúa de adentro hacia fuera y se logra un buen resultado tomando gran cantidad de agua, porque aporta una buena absorción en todo el organismo que se verá reflejado en la piel.