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Vie, Abr

¡Empodérate mujer!

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Empoderamiento es una palabra que deriva del término empowerment, que se utilizaba a menudo en los espacios laborales, empresariales, y que por no tener una definición universal se le fue otorgando distintos significados.

 

 Inicialmente se utilizaba para definir relaciones vinculares de los trabajadores donde a los empleados se les daba el poder de resolver o elegir en pos de mejores logros y objetivos. Podemos decir que sería un “poder otorgado”, en reconocimiento a ciertas capacidades que la persona posee.

Actualmente, y cada vez con mayor fluidez, el término empoderamiento refiere a las personas, pero habla del poder que alguien se puede otorgar a sí mismo.

En los procesos sociales de nuestra cultura la mujer fue adquiriendo inicialmente un empoderamiento otorgado, para luego comenzar a transitar el camino del auto-empoderamiento.

¿Cuáles son las características de una mujer empoderada?

La mujer empoderada decide, se responsabiliza, resuelve. Pero fundamentalmente es alguien que ha tomado el timón de su vida, con libertad y responsabilidad.

Es una mujer que piensa y acciona en concordancia. Procura alcanzar su autonomía en relación a todos sus aspectos. La victimización, la dependencia y el sometimiento, son conceptos y formas vinculares que se alejan cuando una persona se ha empoderado.

La mujer empoderada, sabe qué tener y cómo conseguirlo, puede dar respuestas y defender sus derechos con determinación.

¿Cuál es el trayecto para lograr el propio empoderamiento?

Nadie puede empoderarse, copiando o imitando a otros.

Tomar el propio poder requiere de un profundo conocimiento de sí. De allí se parte para poder reconocer con certeza y conciencia quiénes en verdad somos, lo que en verdad sentimos, nuestras verdaderas posibilidades y, muy especialmente, nuestras reales limitaciones.

El empoderamiento requiere de autenticidad, en el transcurso de su proceso, nos vamos fortaleciendo, afirmándonos en quienes somos, construyendo nuestra propia auto-confianza y tomando un mayor control en todas las dimensiones de nuestro ser, con mayor conciencia, valorando el hecho de que los otros pueden lograr su propio empoderamiento.

Dicho empoderamiento puede tener repercusión en lo individual y en lo comnitario.

Una mujer empoderada comparte

Cuando sentimos poder sobre nosotras mismas, cuando entendemos que lo que nos falta lo podemos conseguir por nuestros medios, utilizando adecuadamente los recursos, es probable que la manera en que nos relacionemos con el mundo comience a desarrollarse en un sentido diferente.

Tomar el timón de nuestras vidas, nos permite aliviar el sentimiento de soledad, de dependencia, motivo por el cual nos sentimos convocadas a compartir.

Compartir en la amistad, en la pareja, en el ámbito familiar y laboral, permite vincularse de manera saludable. Compartiendo se potencia el disfrute y se canaliza el dolor o la frustración.