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Sáb, Abr

Planificar el año positivamente

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Todo comienzo, en tiempo y espacio, es un ciclo colmado de oportunidades.

En los inicios, tendemos a renovar las energías y las esperanzas, sin embargo, para que un año resulte satisfactorio, se necesitan considerar algunos aspectos más, que orienten la tarea hacia logros satisfactorios.

 

 Es necesario desmitificar la idea de que ser una persona positiva significa idealizar las situaciones y no ver los obstáculos, los peligros o los imposibles.

Para poder tener una mirada positiva sobre un año que recién comienza es necesario tener una buena perspectiva sobre la realidad. Una mirada veraz sobre el entorno. Distinguir aquello que potencialmente y/o concretamente, nos permita llevar adelante nuestros proyectos.

Pensar en positivo es pensar en aquello en lo cual nosotras, seamos los hacedores directos. Es decir, para que nuestros planes no corran riesgo de frustrarse, no podemos depositar en otros o en supuestos, la expectativa de que las acciones se realicen.

Establecer un orden de prioridades en concordancia con aquello que deseamos lograr, también ayudará a ordenarnos en el quehacer a corto y largo plazo.

Tomar conciencia de la relación existente entre nuestros deseos, la realidad con la que contamos, las dificultades que se nos puedan ir presentando, la confianza en nuestra capacidad de resolver y la flexibilidad que necesitamos tener para adecuar las situaciones, nos dará el campo propicio para nuestro éxito.

También debemos estar preparadas para entender que nuestro éxito, no necesariamente deberá ser el que otros esperan, sino aquel que nos permita sentirnos plenamente nosotras mismas al intentar plasmarlos en el afuera.

Plasmar nuestros objetivos o planes, implica considerar también los recursos. Revisar cuáles son los que dependen directamente de nosotras y cuáles de factores externos. En este último caso, es importante pensar en las gestiones necesarias para asegurarlos.

Hacernos algunas de estas preguntas pueden colaborar en clarificar, organizar, priorizar, chequear el proceso:

¿Qué deseo lograr?

¿En qué me beneficia?

¿Con qué recursos cuento?

¿Cómo lo haré?

¿Cómo conseguiré los recursos que me faltan?

¿Qué puedo perder en el camino?

¿Aun así deseo lograr mi objetivo?

 

Para planificar un buen año, hay que poner manos a la obra, sin esperar que las oportunidades nos golpeen la puerta, ni que tengamos el dinero o el tiempo, el clima, ideal para nuestros propósitos. Animarnos a salir a buscar nuestro sueño, con una gran certeza.

 

“Poder disfrutar desde el inicio”. Más allá de los resultados, los aprendizajes se irán presentando. Si tomamos conciencia, la capacidad de disfrutar estará enlazada al sentir que “nos tuvimos en cuenta”.

 

Después de todo, nuestros proyectos no son más que nuestro Ser plasmado fuera de nosotras mismas.