La herramienta clave de un trabajador móvil: ¡el Smartphone!

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La evolución tecnológica nos afecta en todos los ámbitos de la vida, personal y profesional. La velocidad del cambio y la permanente aparición de nuevas herramientas empujan a los usuarios a mantenerse actualizados y adaptarse, especialmente ahora que son muchas las tareas que se pueden realizar sin necesidad de pisar la oficina.

 

Con más de 32 millones de dispositivos conectados en el país –de los cuales 23 millones son teléfonos inteligentes- queda demostrado que las alternativas de conexión, tanto con las redes de WiFi como con la disponibilidad de 4G; han mejorado a nivel local. Al sumar la aparición de dispositivos con la suficiente potencia para desarrollar tareas laborales (recordemos que el software se ha convertido en el nexo de unión que permite combinar todo y, además, es el que permite realizar diferentes tipos de acciones) entendemos por qué trabajar en movilidad es hoy posible.

Uno de los dispositivos que resulta indispensable es el smartphone, ya que este permite realizar diversas tareas: desde hablar o chatear con compañeros de trabajo y clientes hasta modificar y compartir archivos o enviar documentación. Y, si quedan dudas, el teléfono se convierte definitivamente una oficina móvil, al sumarle un software tan potente como Circuit o el propio myPortal To Go -que permite dar servicios mediante Tethering a otros equipos-.

Y, aunque tener el modelo más potente del mercado siempre es lo ideal, en nuestro mercado local esto no siempre es posible por el elevado costo o la disponibilidad de productos. Lo cierto es que existe actualmente una gama media de producto -en especial con sistema operativo Android- que es una excelente opción y permiten el trabajo en movilidad con una correcta experiencia de uso, y llaman la atención a las compañías por lo equilibrados que resultan.

¿Qué debe tener un smartphone para trabajar en movilidad?

Tener un teléfono de última generación siempre es gratificante a nivel personal, pero ahora priorizamos el trabajo y optimización de recursos, por lo que la novedad pasa a un segundo plano. Lo primero que debe tener un dispositivo para trabajar fuera de la oficina es una conectividad adecuada para que, aparte de poder aprovechar redes WiFi, sea capaz de conectarse a redes 4G (LTE) para asegurar una buena velocidad de transferencia de datos y realizar tareas con solvencia. Por otro lado, debe disponer de antena Bluetooth para poder conectarlo a periféricos como teclados y auriculares, y es muy recomendable que incluya chip NFC, ya que permite pagar en cualquier lugar y usar diferentes elementos para compartir o acceder a información de forma directa, rápida y sencilla.

En lo que tiene que ver con el hardware propiamente dicho, hay tres detalles que se deben tener en cuenta:

-Las dimensiones de la pantalla: entre 5,2 y 5,5 pulgadas. Esto asegura buena visibilidad de contenidos sin caer en dimensiones excesivas y la posibilidad de realizar videoconferencias con pantalla dividida.

-El procesador: debe ser de ocho núcleos, para poder ejecutar todo tipo de software actual y las versiones que saldrán en un futuro cercano. Si además cuenta con carga rápida para la batería, ¡es un equipo ganador!

-La memoria: lo ideal es que la RAM sea de 3 GB, para que no surjan problemas de retardos si se ejecutan varias aplicaciones al mismo tiempo (algo habitual en el trabajo remoto). El almacenamiento, por otro lado, debe ser de un mínimo de 16 gigas internos, más la opción de utilizar tarjetas microSD para almacenar datos que se puedan compartir con otros dispositivos, como por ejemplo portátiles.

Finalmente, un detalle útil es la cámara, ya que facilitará la realización de videoconferencias y sacar el máximo partido a aplicaciones como Circuit. Así, un modelo correcto sería el que ofrece un sensor principal en la parte trasera con 8 megapíxeles o más y en el frontal, que el elemento alcance los 5 Mpx. Así, la calidad de imagen está asegurada, incluso al momento de sacar una fotografía luego de una reunión exitosa.