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Vie, Mar

Tratamientos para el Post Parto: Una nueva etapa

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Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta grandes cambios que permiten que la gestación se desarrolle con normalidad. Una vez que se produce el nacimiento comienza otra etapa, el puerperio y en ese período, poco a poco,  se vuelve atrás con todos esos cambios que se habían producido.

 

 El peso del embarazo y el paso del bebé por la vagina durante el parto generan debilidad de los músculos de la pelvis y cambios en la mucosa vaginal. La salida del bebé puede producir desgarros musculares y vaginales que, con el paso del tiempo y el envejecimiento normal de los tejidos, pueden predisponer a la incontinencia urinaria y al prolapso (descenso del útero, vejiga o recto por vagina). Las mujeres que tienen cesárea no están expuestas a estos desgarros pero igualmente deben cuidar y entrenar su pelvis ya que, según estudios, luego de la tercera cesárea la probabilidad de presentar incontinencia urinaria se iguala a la de aquellas mujeres que han tenido partos.

Por otro lado las mujeres que tienen partos pueden presentar desgarros vulvo-vaginales o incluso episiotomía, la cual se realiza en los casos que es necesaria para proteger el periné de desgarros mayores. De acuerdo a la cicatrización y recuperación de estos desgarros podemos observar que hay mujeres que manifiestan dolor al tener relaciones sexuales, zonas que se lastiman, cambios en la anatomía de la vulva, entre otras cosas.

Las mujeres que han tenido cesárea no verán cambios en la vulva de esa manera pero, notarán cambios a nivel de la cicatrización de la cesárea e incluso en la musculatura del abdomen.

Es decir que cada etapa, embarazo y  puerperio, tiene sus particularidades  y éstas, a su vez, se manifiestan de diferente manera en cada mujer. Todo esto va acompañado de cambios hormonales, emocionales y se presenta como un desafío tanto para la mujer como para sus familiares.

Por eso es importante informarse y saber que cada mujer responde de manera diferente y que depende de múltiples factores. Debemos conocer  nuestro cuerpo, reconocer los músculos de la pelvis y entrenarlos. Desde la Ginecoestética se puede acompañar a las mujeres que presenten estos cambios y que consideren que alteran su calidad de vida.

Tratamientos

Para mejorar la calidad de la mucosa vaginal luego del parto, se puede aplicar laser de CO2 fraccionado. Este procedimiento nos permite estimular la formación de colágeno, mejorar la lubricación y estimular la reparación de los tejidos.

Muchas mujeres consultan porque sienten una disminución en el tono vaginal durante las relaciones sexuales, lo cual se debe a dos factores: por un lado el muscular y por el otro los cambios en la mucosa de la vagina. Esto genera una disminución en la respuesta sexual y dificultad en el orgasmo. En esos casos la aplicación de laser actuaría sobre la mucosa devolviendo el tono que tenía antes  y mejorando la calidad de la misma. Las aplicaciones se realizan una vez por mes y en general se hacen tres sesiones, se practican en consultorio, no generan dolor, no presentan complicaciones y no interrumpen la rutina.

Esta nueva tecnología nos permite mejorar la calidad de vida de muchas mujeres que, incluso siendo jóvenes, notan que presentan dificultades en su sexualidad. La calidad de vida no es un aspecto menor, ya que se sabe que se relaciona estrechamente con la respuesta de nuestro sistema inmune.

Otro motivo por el que consultan las mujeres es el dolor al tocar la zona genital o durante las relaciones sexuales. Algunas notan que cierta zona de los genitales presenta más tensión y  se lastima al tener relaciones sexuales. En otros casos, los puntos realizados en el parto se sueltan antes de completar la cicatrización y la vulva cambia su anatomía, generando dificultad para lograr orgasmos, malestar  en algunas mujeres por la estética genital y cierre deficiente de la vulva que predispone a infecciones recurrentes.

Estos aspectos se pueden abordar con laser, realizando en cada mujer una intervención a medida. De acuerdo a cada caso se decide si se puede realizar en consultorio con anestesia local o si es necesario realizarlo en quirófano. Al usar laser podemos ser más precisos, trabajar en zonas de difícil acceso, sin sangrado, con excelente cicatrización y recuperación.

Todos estos procedimientos se pueden hacer a partir de los dos meses del parto o la cesárea.

La llegada de un hijo genera muchos cambios, no sólo a nivel de nuestro cuerpo, sino también en lo emocional, en la pareja, la familia y el trabajo. Por eso es importante valorar cómo nos sentimos y buscar acompañar estos cambios con calidad de vida.

El sexo no son sólo los genitales, pero éstos son una parte muy importante ya que nos permiten censar diferentes estímulos que luego nuestro cerebro va a interpretar como placenteros o no.

Es decir que los genitales son los encargados de percibir los estímulos y es el cerebro  quien les da sentido a los mismos generando las emociones. De acuerdo a esa interpretación vamos a condicionar nuestra respuesta sexual y consecuentemente el encuentro erótico con nuestra pareja.

Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta grandes cambios que permiten que la gestación se desarrolle con normalidad. Una vez que se produce el nacimiento comienza otra etapa, el puerperio y en ese período, poco a poco,  se vuelve atrás con todos esos cambios que se habían producido.

El peso del embarazo y el paso del bebé por la vagina durante el parto generan debilidad de los músculos de la pelvis y cambios en la mucosa vaginal. La salida del bebé puede producir desgarros musculares y vaginales que, con el paso del tiempo y el envejecimiento normal de los tejidos, pueden predisponer a la incontinencia urinaria y al prolapso (descenso del útero, vejiga o recto por vagina). Las mujeres que tienen cesárea no están expuestas a estos desgarros pero igualmente deben cuidar y entrenar su pelvis ya que, según estudios, luego de la tercera cesárea la probabilidad de presentar incontinencia urinaria se iguala a la de aquellas mujeres que han tenido partos.

Por otro lado las mujeres que tienen partos pueden presentar desgarros vulvo-vaginales o incluso episiotomía, la cual se realiza en los casos que es necesaria para proteger el periné de desgarros mayores. De acuerdo a la cicatrización y recuperación de estos desgarros podemos observar que hay mujeres que manifiestan dolor al tener relaciones sexuales, zonas que se lastiman, cambios en la anatomía de la vulva, entre otras cosas.

Las mujeres que han tenido cesárea no verán cambios en la vulva de esa manera pero, notarán cambios a nivel de la cicatrización de la cesárea e incluso en la musculatura del abdomen.

Es decir que cada etapa, embarazo y  puerperio, tiene sus particularidades  y éstas, a su vez, se manifiestan de diferente manera en cada mujer. Todo esto va acompañado de cambios hormonales, emocionales y se presenta como un desafío tanto para la mujer como para sus familiares.

Por eso es importante informarse y saber que cada mujer responde de manera diferente y que depende de múltiples factores. Debemos conocer  nuestro cuerpo, reconocer los músculos de la pelvis y entrenarlos. Desde la Ginecoestética se puede acompañar a las mujeres que presenten estos cambios y que consideren que alteran su calidad de vida.

Tratamientos

Para mejorar la calidad de la mucosa vaginal luego del parto, se puede aplicar laser de CO2 fraccionado. Este procedimiento nos permite estimular la formación de colágeno, mejorar la lubricación y estimular la reparación de los tejidos.

Muchas mujeres consultan porque sienten una disminución en el tono vaginal durante las relaciones sexuales, lo cual se debe a dos factores: por un lado el muscular y por el otro los cambios en la mucosa de la vagina. Esto genera una disminución en la respuesta sexual y dificultad en el orgasmo. En esos casos la aplicación de laser actuaría sobre la mucosa devolviendo el tono que tenía antes  y mejorando la calidad de la misma. Las aplicaciones se realizan una vez por mes y en general se hacen tres sesiones, se practican en consultorio, no generan dolor, no presentan complicaciones y no interrumpen la rutina.

Esta nueva tecnología nos permite mejorar la calidad de vida de muchas mujeres que, incluso siendo jóvenes, notan que presentan dificultades en su sexualidad. La calidad de vida no es un aspecto menor, ya que se sabe que se relaciona estrechamente con la respuesta de nuestro sistema inmune.

Otro motivo por el que consultan las mujeres es el dolor al tocar la zona genital o durante las relaciones sexuales. Algunas notan que cierta zona de los genitales presenta más tensión y  se lastima al tener relaciones sexuales. En otros casos, los puntos realizados en el parto se sueltan antes de completar la cicatrización y la vulva cambia su anatomía, generando dificultad para lograr orgasmos, malestar  en algunas mujeres por la estética genital y cierre deficiente de la vulva que predispone a infecciones recurrentes.

Estos aspectos se pueden abordar con laser, realizando en cada mujer una intervención a medida. De acuerdo a cada caso se decide si se puede realizar en consultorio con anestesia local o si es necesario realizarlo en quirófano. Al usar laser podemos ser más precisos, trabajar en zonas de difícil acceso, sin sangrado, con excelente cicatrización y recuperación.

Todos estos procedimientos se pueden hacer a partir de los dos meses del parto o la cesárea.

La llegada de un hijo genera muchos cambios, no sólo a nivel de nuestro cuerpo, sino también en lo emocional, en la pareja, la familia y el trabajo. Por eso es importante valorar cómo nos sentimos y buscar acompañar estos cambios con calidad de vida.

El sexo no son sólo los genitales, pero éstos son una parte muy importante ya que nos permiten censar diferentes estímulos que luego nuestro cerebro va a interpretar como placenteros o no.

Es decir que los genitales son los encargados de percibir los estímulos y es el cerebro  quien les da sentido a los mismos generando las emociones. De acuerdo a esa interpretación vamos a condicionar nuestra respuesta sexual y consecuentemente el encuentro erótico con nuestra pareja.