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Vie, Mar

Hábitos saludables para la trabajadora freelancer

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Trabajar desde el hogar puede ser un desafío mayor que hacerlo desde la oficina. La ausencia de un espacio predeterminado y el trabajo “a la vista” todo el tiempo predisponen al tan temido “burnout” laboral. Este tipo de trabajo exige cierta disciplina y horarios en los cuales descansar y alimentarse convenientemente es primordial para reponer energías y desconectarse.

 

Las freelancers, usualmente asediadas por los tiempos de entrega de sus trabajos, pueden olvidarse de tomar pausas activas para elongar sus músculos o, simplemente tener mini-recreos en los cuales alimentar la creatividad.

El equipo de Freelancer.com, el mayor mercado de freelancing y crowdsourcing en el mundo, en base a las experiencias de sus más de 25 millones de usuarios registrados ha elaborado una serie de tips y recomendaciones para cuidar la salud mientras se trabaja.

En principio, se recomienda disminuir el tiempo que se permanece sentada y pararse luego de una hora de trabajo para elongar los músculos. Si es necesario, poner una alarma en el teléfono para no olvidarse de estos mini-recreos con una hora de intervalo.

Para evitar el cansancio visual, la regla a recordar es la de 20-20-20: después de 20 minutos de mirar la pantalla, dirigir la vista hacia un objeto alejado 20 metros de la computadora, por 20 segundos.

Un correcto descanso a la noche es clave para el buen rendimiento laboral. Se recomienda no llevar el celular o la tablet a la cama -está demostrado que esto demora la producción de melatonina que induce el sueño- y de ninguna manera sucumbir a la tentación del “snooze”: los especialistas advierten que este tiempo extra de sueño es de mala calidad y que le da señales contradictorias a nuestro organismo, preparándolo para un nuevo ciclo de sueño cuando en minutos se debe levantar.

El freelancer tiene otro desafío: el de delimitar su espacio físico de trabajo y sus horas de trabajo. Es conveniente comenzar la mañana progresivamente, con un buen desayuno, vestirse como si se fuera a salir del hogar, y no trabajar desde la cama o en pijama. Establecer rutinas y pausas de trabajo ayuda a estructurar las tareas, y no importa lo que pase, la idea del multi-tasking termina estresando las neuronas más de lo que parece: asegurarse de comenzar con un ítem y de terminarlo es clave.

En cuanto al espacio, lo ideal es contar con sillas ergonómicas. Si se puede, conseguir pelotas grandes inflables de yoga o pilates que asegurarán una postura correcta sin esfuerzo. Si se quiere ir un paso más allá, probar los standing-desk: se trata de trabajar parada, en un escritorio elevado a la altura adecuada y regulable. Los beneficios de esta modalidad son notorios: permite mover y flexionar fácilmente los músculos del cuerpo; mantiene la sangre circulando, lo que permite tener a nuestra mente y sentidos más alertas, creativos, y resolutivos.