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Jue, Abr

Niní Marshall: la Chaplin con faldas

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«Digo de mí que no soy artista, sino una señora de su casa que logró, simplemente, hacerse la graciosa».

Nini Marshall

  

Niní Marshall fue una de las actrices y cantantes más importantes del cine y la radio de la Argentina. Considerada como la Chaplin con faldas y la Dama del Humor, fue ovacionada y amada en nuestro país y en gran parte del resto de América Latina, gracias a sus famosos personajes que ella misma ideaba observando a la sociedad de su época y a los inmigrantes de entonces. Creativa, humorista, escritora, guionista de sus propios libretos, no paró de trabajar en radio, cine, revistas, televisión, ni aún durante sus exilios políticos en el exterior. Pionera con sus presentaciones en los café concerts, fue, y sigue siendo, influencia para muchos humoristas locales.

 

Marina Esther Traveso, nació el 1º de junio de 1903 en Caballito, Buenos Aires. Sus padres, de origen asturiano, fueron María Ángela Pérez y el ingeniero Pedro Traveso, quien falleció cuando ella tan sólo tenía dos meses de vida. Se mudaron a San Telmo y a los seis años comenzó a estudiar danzas españolas, canto, francés, alemán e inglés. Comenzó a demostrar su actuación y su voz en la escuela, y a su vez, con sus amigos, hacía teatro en el sótano de la casa de su tío.

 

La secundaria la realizó en el Liceo Nacional de Señoritas, en donde actuaba imitando a sus profesores, ganándose la admiración de sus compañeras.

 

Conoció a Felipe Edelmann un ingeniero ruso, y en 1924, apenas se recibió de bachiller, se casaron, estuvieron viviendo en La Pampa y al tiempo tuvieron a su hija Ángeles.

 

Al regresar a Buenos Aires murió su madre y además, comenzó a tener problemas con su marido que a causa de sus frecuentes visitas a los casinos en los que apostaba mucho, perdió el dinero y les embargaron la casa. Por ello Marina optó por divorciarse e irse a Rosario con su hija. Ambas estuvieron viviendo en la casa de una hermana, pero volvieron a la capital bonaerense con el objetivo de encontrar trabajo en los medios gráficos como escritora.

 

En 1933 inició su carrera, escribiendo en la revista La novela semanal, que fue el puntapié porque en base a ese trabajo la convocaron de otros medios de gran tiraje en los cuales escribía sobre actualidad con tono humorístico y hacía notas  con caricaturas a personas del mundo artístico.

 

Al año siguiente, debutó como cantante en la radio y a veces lo hacía en diferentes idiomas. Gracias a sus espectaculares imitaciones y representaciones de sus personajes, se fue dando más a conocer. Con las interpretaciones de Cándida (una empleada doméstica) y Catita, y la creación de sus propios libretos basados en los diferentes estratos sociales de las mujeres, tomaría el camino más próximo para alcanzar la cima.

 

En Radio Municipal, donde trabajaba, conoció a su nueva pareja, Marcelo Salcedo, un contador paraguayo, y contrajo nupcias nuevamente. Juntos idearon su seudónimo, Niní Marshall: el nombre, producto de un juego de palabras en base a su verdadero nombre Marina y la conjunción de Mar y Sal, las primeras letras del nombre y apellido de su actual marido, y para que sonara mejor le agregaron la letra H.

 

También realizó campañas publicitarias, y radioteatros en los que compartió trabajo con importantes actores de entonces, como Enrique Carreras, Leo Dan, Mirta Legrand, Luis Sandrini, Palito Ortega, Jorge Luz, Carlos Perciavale, Antonio Gasalla, entre otros. A fines de los años ´30 hizo giras teatrales por el gran Buenos Aires.

 

El jazz fue uno de los géneros que Niní elegía para cantar, y lo hacía tan bien que recorrió varios puntos de la Argentina junto a Juan Carlos Thorry.

 

Si bien no consideraba que su rostro era cinematográfico, aceptó la propuesta del director Manuel Romero para llevar a pantalla grande algunos de sus personajes, además ella hacía los guiones, al principio ayudando en los diálogos adicionales para luego ya pasar a tener un rol de mayor envergadura. Llegó a hacer cuatro películas en un mismo año, dejándole poco tiempo para su trabajo en radio, pero de todos modos, no lo abandonó.

 

En 1941 las giras las empezó a hacer por Chile y Perú y al terminar la década viajó a Nueva York, siempre junto a Pedro Quartucci.

 

El presidente de facto, Pedro Ramírez, en 1943 la censuró con el fin de preservar el idioma que ella distorsionaba con sus personajes. Por este motivo, ella no podía trabajar y tuvo que exiliarse en México donde continuó con su carrera filmando varias películas.

 

En cuanto pudo, regresó a la Argentina y siguió trabajando, pero lamentablemente no tenía suficientes compromisos y debió irse nuevamente a México. A su vez, por expreso pedido de Eva Perón, debido a que Niní había hecho una imitación suya fuera de lugar, le suspendieron todos los planes laborales.

 

Estuvo viviendo en la Casa latinoamericana, junto con otros colegas argentinos. Conoció a Carmelo Santiago, un periodista que pasó a ser su tercer marido en 1952, además fue su representante y productor de sus obras de music hall, recorriendo varios países de Latinoamérica.

 

En 1955 volvió al país para estar presente en el casamiento de su hija y el nacimiento de su nieto. Al año siguiente, cuando Perón ya no estaba en el poder, pudo regresar definitivamente y debutó en canal 7 con un music hall, y después condujo un programa propio. Continuó con la radio, participando en diferentes emisoras y también hizo una película que se rodó en España.

 

A comienzos de la década del 60 amplió su público y sacó un disco para niños, a su vez continuó con la vida de sus famosos personajes que por estar viviendo afuera se encontraban postergados. Rápidamente recuperó su éxito en los diferentes medios en los que se movía y fue aclamada como siempre por su incondicional público. Participó en exitosos programas como Sábados Circulares, Teatralerías (donde diseñó sus personajes y sus historias).

  

En 1968 se divorció por tercera vez, en esta oportunidad porque su marido la engañaba con otra mujer.

 

Hizo cientos de presentaciones de “Y se nos fue redepente”, en café concerts porteños, dando a conocer su propio unipersonal. Luego pasó a los formatos televisivos y de discos con el mismo espectáculo.

 

Como en 1976, sufre de un aneurisma, tuvo que abandonar algunos trabajos, y  tres años después fue operada a causa de un ataque biliar. Una vez recuperada siguió con las giras por diferentes puntos del país.

 

Quiso escribir su vida y en 1985 publicó un libro autobiográfico al que tituló “Mis memorias”. De a poco daba aviso que quería retirarse del medio y se despidió de su público en un programa televisivo de Antonio Gasalla en 1988.

 

A lo largo de su carrera fue homenajeada con innumerables premios como mejor actriz argentina y mexicana, mejor actriz cómica y mejor actuación femenina en café concert; declarada figura pionera del cine argentino, ganó el premio Martín Fierro, medallas y placas de oro y en 1989 fue elegida Ciudadana Ilustre de Buenos Aires.

 

En 1996 fue internada tras padecer de problemas respiratorios y deshidratación aguda. Lamentablemente, falleció el 18 de marzo de ese mismo año, producto de un paro cardiorrespiratorio. Fue velada en la Capilla Ardiente del Teatro Nacional Cervantes, y sus restos se encuentran inhumados en el cementerio de Olivos.

 

Se le realizaron homenajes, películas, biografías, y la casa en la que vivió hasta su adolescencia es sede del Museo de la Ciudad, tiene una sala con su nombre, y una calle de Puerto Madero.