Lactancia materna para prevenir la obesidad

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Según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 2013, 41,7 millones de niños a nivel mundial tenían sobrepeso o eran obesos. Por otro lado, indican que los adolescentes y adultos que fueron amamantados de pequeños tienen menos tendencia a sufrir sobrepeso u obesidad, y son menos propensos a sufrir diabetes de tipo 2.

 

“La leche de fórmula favorece al aumento de peso del bebé porque contiene mayor cantidad de grasa respecto de la leche materna, que por su parte es un alimento natural”, dice la Dra. Miranda. Además, agrega: “al amamantar, la mamá no insiste al bebé para que siga tomando, aunque desconozca la cantidad de leche que tomó, porque su consumo es a demanda y él sabe cuándo está satisfecho. En cambio, con la mamadera, suele incitarlo a terminar todo su contenido”.

La especialista en obesidad explica que desde el acto de amamantar, se genera un hábito saludable donde el niño come menos cantidad, pero con mayor frecuencia, a la medida de sus necesidades. Por este motivo, y tal como recomienda la OMS, destaca que es fundamental amamantar al bebé a demanda desde la primera hora de vida y hasta los seis meses de edad. “Recién a partir de ese momento se aconseja acompañar la leche materna con alimentos sólidos, como papillas de frutas y verduras”, dice Miranda.

Para finalizar, la médica nutricionista indica seguir dándole el pecho al niño hasta su segundo año de vida para que adquiera así los nutrientes y anticuerpos necesarios y, a partir de ahí, educar su paladar y planificar las comidas para que mantenga una alimentación saludable a lo largo de su vida. 

Para prevenir la obesidad y demás trastornos alimentarios, los padres deben contribuir a una alimentación consciente desde el comienzo.