19
Vie, Abr

No permitas que un mal día frene tus metas y objetivos

Typography

Probablemente te hayas despertado con energía, con una lista de cosas por hacer, con un día medianamente programado y, de pronto, algún problema o mala noticia  aparece y te modifica los planes, te genera malestar, te enoja, te frustra y hasta te paraliza.

 

Es muy común escuchar a  otros, inclusive a vos misma, decir: “tengo un mal día”, por un evento desafortunado que ha ocurrido. Esto está queriendo decir que  ha sucedido algo inesperado que en principio podría torcer los planes que una tiene. Pero lo que esta frase y actitud está transmitiendo es que, a partir de ese evento u obstáculo desafortunado, hemos permitido que todo se empañara de este hecho y nos quedáramos estancadas en esa sensación, en esa rabia, en esa impotencia. Es decir, si bien no elegimos que nos haya sucedido algo malo, sí elegimos cómo pararnos ante eso.

Lógicamente aparecen todo tipo de emociones: estrés, enojo, desilusión, impotencia, entre otros, para que fluyan y puedan transformarse en otro tipo de energía. Una energía resiliente, esto equivale a  la capacidad de sobreponernos a lo que nos sucede, fortalecidas, y con recursos óptimos para poder continuar.

¿Qué hacer entonces, para que un mal día no frene tus metas y objetivos?

-En primer lugar reconocer y aceptar lo que ha sucedido. Y esto no quiere decir que tenga que ser desde la resignación ni desde el lamento o la victimización sino desde el registro de que no somos omnipotentes y que no todo lo que nos sucede depende exclusivamente de nosotras. Sí de cómo elegimos transitarlo.

Y que si algo pasa, algún obstáculo inesperado se presenta, que puede generar que tu tranquilidad desaparezca, lo importante es ver si vas a permitir que la nueva emoción te frene, o si  vas a decidir  hacer algo para volver a conectarte con tu tranquilidad y bienestar. Y esto puede implicar desde el simple acto de respirar profundo o salir a caminar unos minutos para descargar el enojo, tomar un rico y reconfortante café o lo que se te ocurra que te produzca placer.

-En segundo lugar, al haber reconocido la emoción como signo de que algo de lo que ha pasado no es lo que deseabas, lo importante es detectar que eso no empañe el resto de tu jornada. Y esto equivale a no tomar el obstáculo como excusa para postergar, patear para adelante o boicotear lo que tenías entre manos. Aquí es donde se pone en evidencia tu capacidad de flexibilidad, adaptabilidad y, por sobre todas las cosas, la resiliencia.

-Y, en tercer y último lugar, directamente relacionado con el anterior, reposicionarte ante lo que ha pasado y volver a hacer foco en tus metas y objetivos, en las tareas que tenías por delante para hacer ese día, en organizar nuevamente lo planeado. Es decir, en volver a conectarte, claramente de otra forma, con lo que tenías planificado antes del obstáculo. Y, por otra forma, me refiero a emocionalmente de otra manera, en la cual ya no esté presente el enojo ni la frustración sino una energía transformada y capitalizada para poder continuar con lo que deseás hacer y lo que te hace bien.

Reconocer, aceptar, descargar, transformar y volver a conectarte con tu día, tu meta, tu objetivo, tu proyecto, desde un lugar proactivo y deseoso de avanzar sin lamentos ni quejas, sería el camino más saludable para el transitar de tus emociones y la materialización de lo que tenías proyectado hacer cuando un obstáculo inesperado se presenta.

María Noel Lucano

¿Estás cansada de postergar y postergar y nunca lográs tus objetivos? ¿Te gustaría superar a ese enemigo interno que no te permite disfrutar de la vida e ir tras tus sueños? Si querés que te ayude a quebrar tus barreras y ponerte en marcha para lograr lo que deseás, me encantaría conversar con vos. Mirá aquí cómo puedo ayudarte: http://www.marianoellucano.com/trabaja-conmigo/