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Jue, Abr

Várices: ¿Sólo un problema estético?

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Si te comienzan a aparecer las antiestéticas várices, no te preocupes, sólo tomá cartas en el asunto para que no te sigan avanzando. Soluciones hay, y modos que ayudan a prevenirlas también. Aquí te damos la información adecuada para que combatas este mal.

 

Las várices se forman a causa de una insuficiencia venosa que hace que la sangre se estanque en las venas y se ensanchen, haciéndolas cada vez más grandes con el tiempo y de un color azul muy notorio. Son hereditarias y no discrimina géneros. Si bien, apenas comienzan a aparecer suele ser sólo un problema estético, con el paso del tiempo si no se las controla pueden provocar eczemas, úlceras, dolor y hemorragias.

 

Las hay de dos tipos, las más comunes son las primitivas, que se forman sin causa aparente y afectan sólo a las venas superficiales. No tienen riesgo alguno, sólo pueden provocar malestar o pesadez en las piernas, también puede pasar que se retenga líquido en el día y que se acumule en el tobillo, por eso se hincha. Pero más que nada el problema es estético.

 

Las otras son las secundarias, que tienen una causa determinada, se producen por la elevación anormal y permanente de la presión sanguínea. Puede ser que las grandes venas profundas estén obstruidas y entonces la sangre pase por las superficiales. Este tipo de várices sí tienen riesgo, la piel se pone gruesa, se atrofia y pasa a tener un color marrón, más que nada en la zona del tobillo. Pueden salir ampollas, úlceras, o causar tromboflebitis, es decir, inflamación de las várices.

 

Las famosas “arañitas” son el signo de una futura aparición, por eso descubrir y ubicar de inmediato este problema, permite una más pronta solución.

 

Ayuda a su surgimiento, el estar de pie muchas horas, la obesidad, los esfuerzos físicos violentos y prolongados, la menopausia, el calor y el embarazo. Ésto último a causa de la poca movilidad y de la presión que provoca el feto en las venas del abdomen, por lo que se recomienda utilizar medias elásticas de compresión graduada.

 

Podemos tomar precauciones que previenen este mal, son fáciles y no tenemos excusa para no llevarlas a cabo: tomar vitamina A y C; hacerse masajes manuales desde los pies hacia los muslos; mantener el peso; realizar una dieta equilibrada de frutas, verduras, hortalizas, cereales, líquido, lácteos, carne, pollo y pescado; dormir en una buena posición y con las piernas elevadas; practicar yoga o gimnasia y usar cremas.

 

Son amigos de las várices el sedentarismo, determinados calzados que cuentan con plataforma, que son en punta o que tienen el taco alto, y la ropa apretada.

 

Hay diferentes tipos de tratamientos para combatirlas, tal vez el más conocido sea la escleroterapia que es un sistema donde por medio de una inyección que contiene esclerosante y anestésico, aplicada sobre la vena, hace que la misma permita el libre flujo de la sangre. Puede ser que en los primeros minutos haya una pequeña molestia o ardor, pero no más que eso. La cantidad de sesiones va a depender del estado de la paciente y para mantener las piernas en buen estado cada dos años es conveniente hacer retoques. 

 

Cuando el caso ya es extremo, se puede solucionar por medio de una cirugía que ligue o extirpe la vena.   

 

El láser también es de gran ayuda para terminar con esta enfermedad ya que destina la energía directamente en la zona a tratar, sellando la vena con várices. Obviamente el médico sabrá qué tipo de láser utilizará según el nivel de varicosidad que se tenga. No provoca dolor y es rápida la sesión. Lo mismo con la radiofrecuencia endovenosa que es eficaz y segura.

 

Consultá a tiempo con el flebólogo, no te olvides que al principio es un problema estético pero que después conlleva complicaciones.