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Mié, Abr

El sol y el cuidado de la piel

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Llegó el verano y estamos más expuestas al sol aunque no querramos, ya con el simple hecho de caminar unas pocas cuadras permitimos que actúen los rayos de la luz ultravioleta (UVL) sobre nuestros tejidos dérmicos.

 

Este agente produce dos grandes grupos de cánceres: el melanoma y los no melanóticos. A este último pertenecen los carcinomas basocelulares y espinocelulares que representan los tumores malignos más comunes del mundo (en poblaciones como Estados Unidos la padecerán 1 de cada 5 personas). Pero por suerte son evitables con el uso de protectores, si se impiden las quemaduras de sol en la infancia y si no se utilizan camas solares. Por suerte casi todos se curan por cirugía.

En cuanto a los melanomas las células de origen son los melanocitos. Estos tumores pueden ser cutáneos, viscerales o mucosos. Su nivel de curación dependerá de su penetración en la piel, por eso es importante la vigilancia de nuestro cuerpo, fundamentalmente en las zonas expuestas al aire libre, identificando si una lesión previa cambia de forma, color o sangra o cualquier lesión que aparezca de novo (dícese de la lesión que no existía anteriormente).

Tenemos que ser conscientes de los cambios climáticos y de la exposición a carcinógenos a los que nos sometemos: si un cáncer tiene una causa evitable será resultado de nuestra educación y nuestra responsabilidad lograr que descienda su incidencia.

Para más información:

www.tiempodevivir.org.ar