AcercArte fue una fiesta

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Sos artista y no parás un segundo de trabajar. Te va bien, no tan bien, mal, pero seguís adelante sacando fuerzas de quién sabe qué rincón del alma y del corazón. Un día se te escapa una lágrima y ese amigo que tanto querés te dice “tranquila, lo mejor está por llegar” ¿Cuándo exactamente piensa llegar? Preguntale por qué tarda tanto ¡Que se apure! Que se tome un taxi, que yo se lo pago. Porque los artistas también nos cansamos.

 

Este año ya había quedado seleccionada para el concurso Incuba del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Concursar es como estar en la Casa de Gran Hermano, donde tu pesadilla mayor es que te digan que te tenés que ir. De 300 emprendedores quedamos 40, luego 20 como finalistas y yo llegué a entrar con los 10 que quedaron. Por eso, cuando me llamaron de AcercArte para decirme que había quedado en las semifinales, me pregunté si mi cuerpo iba a poder soportar de nuevo tanto estrés. Pero pude, siempre podemos un poco más.

Fuimos preseleccionados para las semifinales 32 bandas, 24 artistas callejeros y 24 standaperos de los cuales quedamos 8 bandas, 3 artistas callejeros y 8 standaperos finalistas.

Pero para la Gran Final fue mucho más que sólo competir, tuvimos un regalo único: 3 días de capacitaciones y coaching realizados por gente que siempre parece tan lejana que a veces pensamos que no es humana. Nuestra agenda era apretadísima pero no queríamos menos, estábamos ávidos de información y de experiencia.

En la primera noche y en el salón de la cena se había armado un escenario con diferentes instrumentos donde se invitó a todos los finalistas a zapar (improvisar música en conjunto). Tan hermosamente extraño fue todo que terminé en el escenario cantando “La bifurcada” de Memphis La Blusera con Gillespi, ese trompetista famoso, ese genio musical, quien me soportó estoicamente sobre el escenario mientras yo no sabía la letra, ni afinar, ni cómo había terminado alguien que viene tan de abajo en un lugar así. Por suerte Maxi Bonafé, unos de los finalistas de Arte Callejero, vino a rescatarme y cantar conmigo.

Los días que siguieron no fueron menos mágicos, tuvimos una larga charla con Juan Acosta, mientras nos contaba cómo había sido su carrera, qué decisiones había tomado y cómo, en algún momento, fue también alguien a quien le decían por qué no hacía algo que le hiciera más fácil transitar esta vida. Guido Lannacio, mánager de Tan Biónica, nos contó detalles del crecimiento de la banda donde la estrategia y la inteligencia tuvieron un gran lugar en su desarrollo. Tuvimos clases sobre el manejo de las redes sociales, sobre la imagen que damos dentro y fuera del escenario.

Y llegó el día de la verdad, la competencia de stand up. Estaba tan nerviosa que parecía que era la primera vez que me subía a un escenario. Bajé insultándome por lo bajo por los errores, por no haber dicho esto o aquello y fui directamente a ver a mis compañeros, porque después de convivir unos días ya no son contrincantes sino compañeros, y entonces vi a Pablo Vasco de Mar del Plata y ganador del concurso y mientras reía a más no poder lo odié con todas mis fuerzas. Y no era como dicen algunos “envidia sana”, era una fuerza mucho mayor, que te impulsa a ponerte a trabajar aún más, porque tenés que estar a la altura de un grupo tan talentoso.

Lo mismo me pasó con Cecilia Gismano de Mar del Plata que pareciera que viene de otro planeta, porque verla en el escenario es una clase magistral de actuación. Marcos Fernández de Zárate, Sebastián Ruiz de Lomas del Mirador, Sofía Muñoz de Azul, Leandro Costa de Villa Elisa, Gladys Gavancho de Tres de Febrero y quien les escribe, dejamos todo sobre el escenario, pero no fue suficiente y por eso vamos a seguir trabajando. A pesar de todos los chistes que hicimos sobre dejar la profesión y empezar a estudiar tornería o corte y confección, estoy segura que seguirán escuchando mucho sobre este semillero de talento del cual fue un honor y un privilegio ser parte.

Después del concurso ya estábamos más relajados y tuvimos la oportunidad de tener toda una mañana con el jurado, haciéndoles preguntas, recibiendo información para mejorar nuestros textos. Victor Wolf, casi el padre del stand up en Argentina, nos hizo hacer ejercicios que iban reforzando la teoría que veíamos. Guillermo Selci nos dio una devolución que nos pegó tanto como sirvió para mejorar. ¿De qué nos hubiera servido que nos dijeran que éramos perfectos e irnos igual que como entramos?

Tuvimos nuestros momentos de disfrute relajado también y, hablando de lujos, si quieren ver el video donde hacemos una representación improvisada con Juan Acosta mientras Palito Ortega canta “Despeinada” sobre el escenario, pueden entrar a mi página de Facebook Sole Castro Virasoro.

Hoy, de nuevo en mi casa y en las corridas diarias, puedo decirles que esta experiencia me atravesó, cambiándome y mostrándome cómo y dónde mejorar. Balcarce fue una fiesta y como en toda fiesta quiero a todos mis amigos allí, por eso les cuento que AcercArte llegó para quedarse, así que estén atentos para anotarse para el año que viene. Les aseguro que vivirán una experiencia única, una fiesta del arte pensado para artistas, el Disney de cualquiera que quiera vivir de esto que tanto ama.

Para más información entren en: http://acercarte.gba.gob.ar

Sole Castro Virasoro es la autora del libro “Mujeres Alfa y hombres 2.0” y creadora de la marca Mujeres Alfa. Además hace shows de stand up en todo el país. Encontrala en Instagram, Facebook, Twitter y Youtube como mujeresalfaok.