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Vie, Abr

Aspectos fisiológicos y terapéuticos de las posturas

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Todas las posiciones del yoga físico actúan directamente y en formas diversas sobre el cuerpo, sus energías y sus funciones.

Los asanas, o posturas, estimulan la atención, amplían la consciencia y permiten el acceso a más elevados niveles mentales. Son muy numerosos para que ninguna zona del organismo pase inadvertida, de esa manera influyen sobre los músculos, nervios, tendones, articulaciones, glándulas, sistemas en general y cerebro.

Hay posturas que, al fortalecer la musculatura abdominal y lograr un masaje profundo sobre las paredes del abdomen, mejoran el funcionamiento de sus vísceras y las protegen contra trastornos diversos. Las presiones y contracciones que originan los asanas  son muy beneficiosas para dichos órganos, manteniéndolos en su lugar idóneo y conservándolos de manera adecuada.

Las posturas de inversión, son especialmente útiles para el corazón y las venas, y sobre todo óptimas para prevenir las várices porque abastecen de sangre el cerebro, favoreciendo sus funciones. También han demostrado efectividad para prevenir catarros nasales crónicos y la hepatitis, para ejercer masajes sobre las vértebras cervicales y el cuello, y una acción directa sobre la médula espinal, favoreciendo el cerebro y el sistema nervioso central.

Todas las posturas ejercen influencia sobre la musculatura esquelética y regulan el funcionamiento del sistema endocrino. El estiramiento de todos los músculos previene contra enfermedades reumáticas y trastornos degenerativos de las diversas articulaciones. Por eso los asanas resultan de extraordinario beneficio para las personas de tercera edad.

Las que cuya acción viene a recaer sobre el tórax, favorecen el aparato respiratorio en general y en particular  los pulmones. Las que son invertidas actúan sobre la glándula tiroides y las que son de flexión hacia atrás favorecen las glándulas suprarrenales, abren la caja torácica, inyectan sangre al cerebro y combaten la depresión. Hay otras que favorecen los ovarios y en el hombre las gónadas. Los asanas de curvatura hacia delante favorecen los órganos abdominales, sedan el sistema nervioso, ayudan a combatir el asma y previenen contra trastornos gastrointestinales.

La combinación adecuada de las distintas posturas, que operan en base a masajes y estiramientos, revitaliza todo el organismo y colabora en el restablecimiento del equilibrio del cuerpo.