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Vie, Mar

Todo lo que tenés que saber acerca de las alergias en primavera

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Durante la primavera aumentan las consultas por alergias y los principales factores desencadenantes son la presencia de pólenes de árboles desde fines de agosto y con un pico notable en septiembre y una concentración elevada de polen de gramíneas (diferentes tipos de pasto) en octubre y noviembre. "El 70% de los pacientes tiene rinitis y conjuntivitis alérgica simultáneamente. Un 25% posee sólo rinitis y el 5% predominantemente síntomas oculares, no debemos olvidar que muchos asmáticos tienen rinitis alérgica simultanea y que ambas afecciones se pueden empeorar si hay alergia al polen y exposición al mismo", sostiene el doctor Jorge Máspero, director de la Fundación CIDEA y especialista en Alergia e Inmunología.

 

Los pólenes son dispersados por el viento. Si bien los pacientes suelen culpar de sus síntomas a los plátanos porque producen  pelusas con espículas que irritan la vista y la nariz no siempre son la causa de la alergia del paciente. De hecho, otros pólenes como las coníferas,  el olmo, el arce y el fresno son causas tanto o más importantes.

No es raro tener alergia a distintos pólenes que polinizan en forma sucesiva aumentando la severidad y duración de los síntomas. Sin duda, la alergia a las gramíneas es la más prevalente pero la frecuencia y severidad de cada tipo de alergia varían según las zonas geográficas del país.

Con relación a aquellas personas que sólo tiene alergia en los meses de septiembre y octubre, Máspero explica que padecen una alergia estacional que debe ser evaluada y tratada por un especialista certificado en alergia. En muchos casos, sabiendo de antemano a qué polen son alérgicos, se puede optar por la administración de  medicación profiláctica desde unos 10 días antes del comienzo de la polinización. Y para los que tienen síntomas severos, está demostrado que la mejor opción es la  inmunoterapia con  el polen que los afecta, ya que permitirá que en los años siguientes dejen de tener esos síntomas.

La alergia es una afección causada por mecanismos de hipersensibilidad. Ésta es una reacción exagerada, fuera de lugar, que se produce cuando el organismo se encuentra con estímulos o agentes que, por otra parte, son inocuos como, por ejemplo, el polen. Las reacciones se manifiestan clínicamente de forma variada y diferente, no sólo de persona a persona sino también en las distintas etapas de la vida de cada una.

Factores causales

-Pólenes de árboles como el arce, fresno, plátano, olmo, ligustro, coníferas entre otros, desde fines de agosto y durante septiembre.

-Polen de gramíneas (diferentes tipos de pastos), desde mediados de octubre a principios de noviembre.

-Esporas de hongos: los hongos de interior de los ambientes como, por ejemplo, manchas de pared, pueden causar síntomas durante todo el año y los de exterior, como la Alternaria, predominan a fin del verano y durante el otoño.

-Ácaros de polvo.

-Caspa de animales (mascotas).

Existen una serie de sustancias que, sin ser causas de alergia, contribuyen a empeorar los síntomas por sus características irritativas como el humo de tabaco, los aromas demasiados fuertes (desodorantes de ambientes, insecticidas, etc), algunos medicamentos de uso habitual como aspirina o beta-bloqueantes.    

Síntomas de la alergia nasal

-Estornudos.

-Secreción nasal.

-Congestión nasal (el síntoma que más molesta al paciente y afecta su calidad de vida).  

-Prurito nasal.

-Ojos rojos, prurito ocular, lagrimeo, fotofobia.

-Trastornos en el sueño y por ende, reducción del rendimiento y falta de concentración.

Medidas de prevención

Es difícil evitar el polen. En general, los días ventosos son los más problemáticos y hay que recordar que el polen puede producir síntomas a varios kilómetros de distancia.

Mascotas: evitar su contacto o las visitas en casas que tienen animales si se tiene alergia a perros o gatos.

Ácaros: ventilar la ropa de cama diariamente, evitar acumular objetos rellenos en los ambientes, quitar las alfombras, muebles tapizados y objetos que acumulen polvo en el dormitorio de los niños.

Evitar la humedad excesiva en el interior del hogar y el humo del tabaco.

No auto-medicarse. Siempre debe ser el médico quien determine qué tipo de antihistamínico es el adecuado para cada paciente evaluando la edad, el tipo y severidad de la enfermedad, la eficacia y los potenciales riesgos del tratamiento.

Cómo controlar la alergia nasal

El control de la rinitis alérgica en los casos intermitentes moderados a severos y persistentes impone hacer un diagnóstico etiológico, realizar los test cutáneos para identificar el alérgeno al cual está sensibilizado el paciente e indicar tratamientos farmacológicos y no farmacológicos.

Si la rinitis alérgica es severa se puede tratar con algunos antihistamínicos de última generación o esteroides intranasales que han demostrado que en dosis mínimas necesarias son seguros pero -en muchos casos- el tratamiento con inmunoterapia específica es el único que logra controlar una rinitis alérgica severa.