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Mié, Abr

La fórmula que tenés que aplicar para lograr semanas más productivas

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Son diversas las variables que influyen en el hecho de ser una persona productiva y, el poder serlo influenciará, a su vez, en el logro de los objetivos y metas que una se ha colocado.

La confianza en una misma y en la capacidad de ejecutar eficazmente lo que nos hemos propuesto, genera un nivel de seguridad, compromiso y responsabilidad, que afecta directamente en la resolución de las tareas.

 

Si bien generalmente suele hacerse hincapié en la motivación, no suele tenerse del todo en cuenta que en la motivación, el poder considerarse  capacitada y preparada para poder llevar a cabo eficazmente una labor, es un factor esencial. Esto significa que  si una persona logra percibirse idónea, con los recursos y herramientas óptimos para poder resolver, es altamente probable que finalmente alcance sus objetivos y metas propuestas con éxito.

Saber quién es una y con qué recursos se cuenta, teniendo una percepción positiva sobre las propias capacidades, es lo que posibilita no boicotearse en el camino propuesto.

La sensación de poder, orgullo y satisfacción al conseguir aquello que una se había planteado, lleva a sentirse bien con una misma, proporcionando energía para continuar en el camino. 

Poder sostener esta sensación a lo largo de los días y las semanas es lo que facilitará que haya mayor productividad. La pregunta que surge ahora es: ¿Qué hacer para lograr sostener esta productividad en el tiempo?

-Ser clara y específica con los objetivos que te proponés. Simplificar y priorizar. Más allá que son muchas las tareas que hay que realizar generalmente, es fundamental ordenar valorando lo que es más importante y no se puede postergar, para poder finalizar esa tarea cuanto antes, dándole fecha de inicio y finalización a la ejecución de la misma

-Focalización. Foco no es una cuestión de tiempo, sino una cuestión de gestión de decisiones. Decidir cuáles son las acciones que ameritan ser llevadas a cabo en este momento en función de los objetivos propuestos, implica ser coherente entre las metas a cumplir y lo que se realiza para alcanzarlas.

-Pasar a la acción. No escudarse en el perfeccionismo excesivo ni en el hecho de esperar a que todo esté listo y preparado como quisieras que esté. La falta de seguridad generará que nunca te parezca suficientemente adecuada, completa o lista la tarea que estás llevando a cabo y que siempre esté faltando algo para acabarla. Escudarse en un perfeccionismo excesivo te impide avanzar, y es uno de los elementos estrella de la postergación y obviamente del boicot.

-Ser perseverante. No rendirse ni abandonar y continuar hacia adelante a  pesar de los posibles obstáculos y dificultades, que se presenten en el camino.

-Llevar un control semanal y mensual de los progresos. Es importante y funciona a su vez como factor motivacional, la valoración de los resultados conseguidos. Poder registrar  lo que se ha alcanzado, disfrutarlo y premiarse por eso,  es necesario. Así mismo, llevar un registro de lo que no se ha logrado y observar lo que hay que mejorar.

-Divertirse, disfrutar y sentir placer. Todo proceso que una lleva a cabo, debería contar con una cuota alta de disfrute y divertimento. Trabajar duro no significa que uno no pueda pasarla bien y el esfuerzo no tendría que ser visto como una tortura. Recordá que es tan importante la meta como el camino que transitamos para conseguirla.