Maltrato en el momento de parto ¿Historia vieja?

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El momento de gestación y de parto, para la mayoría de las mujeres, puede significar un tiempo de vulnerabilidad psíquico, físico y fisiológico. La futura mamá comprende tempranamente que ya no está sola y que deberá cuidar y controlar su salud y la del futuro ser. Se siente responsable directa del hecho de que todo esté bien.

La emocionalidad también irá transitando cambios, en los que fluirán sentimientos complementarios y encontrados. Es importante considerar que al final de esta etapa, por lo general, hay emociones que se agudizan: la ansiedad, la alegría, el temor se van turnando y mezclando.

Si el entorno  familiar y profesional, resultan favorables, brindando a la embarazada información, acompañamiento y sostén, es muy posible que la vivencia del momento de parto sea emocionante y alentadora para el presente y el futuro de ese nuevo rol y nuevo vínculo... el de ser madre. Si, por el contrario, esto no resulta así, puede significar una experiencia lo suficientemente traumática para la madre y para el niño. Puede convertirse en una huella que deje un sin sabor difícil de revertir en un momento tan especial y único como es el nacimiento.

Mensajes inadecuados, descalificadores, dichos en el ámbito de un quirófano, donde alguien debe entregarse a la situación por completo y confiar en los profesionales, pueden resultar desbastadores en el psiquismo de quien está atravesando "el supuesto maravilloso momento de parir".

En cambio cuando, la seguridad y el acompañamiento viene de la mano de los médicos y asistentes que conducen con respeto y empatía a la futura mamá hasta el momento culminante de la gestación, sin duda estarán ayudando a construir un marco de referencia valioso y animador, para que esa gestadora de vida pueda avocarse a pleno a la nueva situación que le acontece.

Cada mujer que llega a esta circunstancias, ya sea durante  los nueve meses de embarazo como el momento de dar a luz, de acuerdo a su historia, a su condición física y emocional, hará lo que pueda, para el resto estarán los afectos y los profesionales que intervienen.

¿Cómo no ser víctima de mal trato en el momento de dar a luz?

A partir del momento en que una mujer conoce su nuevo estado, sería importante que comprendiera la dimensión de este acontecimiento y pueda considerar los aspectos correspondientes.

-Informarse, buscar seguridad y pedir el acompañamiento necesario para su tranquilidad es también una de las tareas que le competen.

-Estar atenta cuando siente que las señales y respuestas no son acordes a lo que deberían ser para sentirse bien en relación a la confianza y seguridad y poder obrar en consecuencia, aclarando y acordando cuáles son las formas y las condiciones necesarias.

-No quedarse con las dudas de lo que necesite saber es un buen camino para construir el punto final. Quiénes estarán presentes en el quirófano y cuál será su rol, qué cosas pueden pasar y acontecer inesperadas y cuáles pueden ser las diferencias en relación a lo planificado, son aspectos que pueden sumar no solo a la toma de conciencia y compromiso de lo que acontece, sino también pueden ser datos que ayuden a que la parturienta colabore favorablemente desde su lugar.

Un embarazo y parto vivido y sentido desde la plena valoración de lo que profundamente significa, contribuirá a predisponer de una mejor manera a la parturienta, y, además, será un gran aporte para la primera etapa de vinculación que estrene esta madre con su hijo.