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Vie, Abr

Mentime que me gusta

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 Parecería que la mentira es una característica intrínseca del ser humano, como así también de algunas especies animales como el chimpancé. Estudios científicos que se han realizado a partir de la observación de grupos de primates, han descubierto una relación directa entre el tamaño de la neocorteza y la posibilidad de desarrollar maniobras de engaño.

 

Los seres humanos mentimos porque nos da resultados que creemos que son beneficiosos. Engañamos con palabras y también de manera no verbal ofreciendo sonrisas dibujadas, fingiendo atención, maquillándonos para no mostrar ojeras, etc. 

Los humanos no solo somos capaces de mentir, sino también de detectar las mentiras de otros.

¿Cuándo puede aparecer la mentira?

Los seres humanos, comienzan a engañar en edades muy tempranas cuando corroboran que manifestándose con actitudes, sentimientos y acciones genuinas y auténticas pueden no ser aceptados en su entorno y, en  especial, entre los vínculos más significativos.

En ocasiones, cuando las personas se sienten amenazadas en su integridad física o mental, pueden recurrir a la mentira como estrategia para promover cierto alivio.

Para dar una mejor imagen de sí mismos, para evadirse de responsabilidades, para no perder derechos, roles o lugares que se viven como beneficiosos, para obtener reconocimiento, por temor a ser rechazados o no queridos, para proteger o no herir a otros, para obtener recompensas materiales, para salirse de un conflicto o problema, para no asumir responsabilidades: todo puede ser motivo para armar o intentar sostener mentiras.

Dentro de los engaños hay diferentes tipos. Algunos de ellos son socialmente más aceptables, son los que generalmente están ligados a cierto sentido común y de preservación de las personas y /o a su bienestar.

Sin embargo otro tipo de farsa puede estar dirigido en un sentido opuesto a manipular, destruir, perjudicar y/o desbastar a las personas.

Es evidente que hay un hilo delgado en el hecho de saber que dentro de los engaños que se ofrecen a los demás, se les  quita el derecho a la libertad de elegir sobre cierta realidad que le corresponde y le acontece.

La fabulación es peligro latente

No solo para quien está destinado el engaño, también es un significativo riesgo para aquel que comienza a encontrarse en cierto estado de confort con sus inventos irreales. Algunos terminan mal gastando un gran potencial en sostener mentiras con mentiras y, lo que es aún más dañino, terminan por creérselas quedando atrapados en su propio juego.

¿Tendría  influencia el entorno sobre este aspecto?

Hay señales claras que el contexto transmite, algunas obran en favor de la autenticidad y otras exactamente en contra de la misma.

Si desde la primera etapa de vida, el individuo se siente aceptado y amado por el solo hecho de ser persona, será alentador permitirse ser auténtico sin miedo a perder afecto en el camino de los aprendizajes y el crecimiento.

La tarea orientativa en el ámbito familiar y educativo, donde se estimule y se practique la verdad que cuide, la verdad con sentido común, la verdad que no inhabilite si no que aliente para seguir adelante, será un gran disparador para producir mayores verdades y menos mentiras.

Podemos ser más auténticos cuando nos sentimos más confiados. Podemos decir nuestra verdad intentando no dañar.

En la realidad de nuestro sentir, nuestro pensar y nuestro accionar es en donde podemos ser verdaderamente libres.