Administración del tiempo para querernos más

Typography

Cuando decimos "no tengo tiempo" es interesante preguntarse "para qué lo digo" que no es lo mismo de "por qué lo digo". Los por qué me generan cientos de excusas para sentirme justificada y perdonada de no hacer eso que tengo que hacer y otras para protegerme del miedo que me da aquello que sí quiero hacer. 

Cuando el miedo, el cansancio y el grado de dificultad son las razones, nos tendemos a llenar de otras tareas para no enfrentarlo y escaparnos siendo complacientes con nosotras. Al fin de cuentas, nos contamos esa historia para darnos el permiso sin sentir culpa al respecto.

Sin embargo, la solución es a corto plazo ya que, a la larga, la carga no desaparece y se transcribe en un reproche hacia mi persona. 

Hay dos formas para salir de la zona de confort y resolverlo: emocional y práctico. Lo primero que hay que trabajar internamente es transformar el "tengo" por el "quiero", ya que con el lenguaje conectamos con las emociones y logramos grado de coherencia entre lo que pensamos, sentimos y actuamos.

Como plan de acción, te podés proponer que si en el día querés hacer una tarea que te cuesta enfrentar pero que su ejecución encierra un gran beneficio, procurá hacerla lo más temprano que puedas, terminar pronto y disfrutar del resto de la jornada sin esa ansiedad que te provoca el recordarla.

En la medida de lo posible, realizá las tareas que más te cuestan en la mañana, sácate ese peso de encima y viví las horas siguientes a un ritmo más relajado. ¡Administrá tu tiempo sabiamente!