19
Vie, Abr

Embarazo ectópico

Typography

El embarazo ectópico es un tema delicado, serio, que si bien el promedio de casos no es tan alto, ya que sólo alcanzaría al 1% de las mujeres que están esperando familia, está presente, y es bueno saber, o estar más informada al respecto.

La mayoría de los embarazos se desarrollan y se forman sin ningún tipo de complicación o problemas, pero puede suceder un caso especial, como cuando el óvulo se implanta fuera de la cavidad endometrial, o matriz, produciéndose lo que en la rama médica se lo conoce como Embarazo Ectópico o embarazo fuera de lugar. Allí el bebé no puede sobrevivir porque se va formando en los ovarios, el área del estómago o el cuello uterino.

Frecuentemente un embarazo de este tipo es causado por una afección que obstruye o retarda el paso de un óvulo fecundado a través de las trompas de Falopio, hacia el útero. Esto puede ser por un bloqueo físico en la trompa, por factores hormonales o por otras causas, como puede ser el tabaquismo.

 

Algunos embarazos ectópicos pueden deberse a defectos congénitos en las trompas de Falopio, complicaciones de apendicitis, endometriosis o por cicatrización causada por una cirugía pélvica previa. También pueden incrementar su riesgo las mujeres mayores de 35 años, las que tuvieron múltiples compañeros sexuales y las que se hicieron fecundación in Vitro.  

Algunas veces, se puede quedar embarazada después de una ligadura de trompas (esterilización tubárica). Es más probable que los embarazos ectópicos ocurran dos años, o más, posteriores al procedimiento y no inmediatamente después de éste.

A raíz de esto, también es más probable en mujeres que hayan tenido una cirugía para revertir la ligadura de trompas con el fin de volver a tener un hijo, o tengan colocado un dispositivo intrauterino (DIU) y de todos modos resultaron embarazadas.

Los embarazos ectópicos se presentan en 1 de cada 40 a 100 embarazos. Los síntomas más frecuentes son: período tardío; padecer sangrado vaginal inusual (de color más oscuro, con flujo más fuerte, o de consistencia poco común); sufrir desvanecimientos, vértigo, o mareos; padecer dolor en la parte baja del abdomen, en los hombros, en la vejiga o en los intestinos; amenorrea, sensibilidad en las mamas, lumbago, cólico leve en un lado de la pelvis y náuseas.

Si el área del embarazo anormal presenta ruptura y sangra, los síntomas pueden empeorar: sensación de desmayo o realmente desmayo, presión intensa en el recto, dolor que se siente en el área del hombro y además agudo, súbito e intenso en la parte inferior del abdomen.

 

Tratamientos:

Los embarazos ectópicos no pueden llegar a término y se tienen que extraer las células en desarrollo para salvar la vida de la madre.

 

La mamá que lo padezca deberá recurrir al centro asistencial de su preferencia de manera urgente si el área del embarazo fuera de lugar, presenta ruptura, lo cual puede llevar a causar un shock, que es una situación de emergencia. El tratamiento para esto puede incluir transfusión sanguínea, líquidos por vía intravenosa, oxígeno y elevación de piernas.

Se lleva a cabo una cirugía (laparotomía) para detener la pérdida de sangre, que se también se hace para confirmar este tipo de  embarazo, remover el embarazo anormal y reparar cualquier daño a los tejidos.

En algunos casos, es posible que el médico tenga que extraer la trompa de Falopio.

El 10% de las mujeres que ha tenido un embarazo ectópico puede, con el tiempo, dar a luz sin repetir el mismo problema. De esto depende la edad de la mujer y si  ha tenido hijos. Se puede presentar otro embarazo fuera de lugar, en una 1/3 de las mujeres. Y sólo el 0,3% no vuelven a quedar embarazadas.

Si sos una mujer fértil y sexualmente activa, incluso si utilizás anticonceptivos, no estás exenta de tener este tipo de embarazos. ¿Cómo podés prevenirlos?

  • Evitar los factores de riesgo para enfermedad inflamatoria pélvica como tener múltiples compañeros sexuales, mantener relaciones sexuales sin condón y contraer enfermedades de transmisión sexual.  
  • Diagnóstico y tratamiento oportunos de las enfermedades de transmisión sexual, de salpingitis y de enfermedad inflamatoria pélvica.
  • No fumar.
Seamos concientes a la hora de llevar a cabo nuestras elecciones de vida, ya que por varios factores podremos incrementar o disminuir el grado de riesgo de mal formar a un hijo. Puede que en más de un caso, sea sólo el destino, pero no siempre es quien forma nuestro futuro, si no nosotros mismos con nuestras acciones.