Muchas de las consultas que recibimos los profesionales se deben a que los pacientes buscan una solución a manchas en la piel del rostro, arrugas, líneas de expresión, acné, oleosidad y/o fotoenvejecimiento. Es por esto que se recomendará, según cada necesidad del paciente y previa evaluación del tipo de su piel, qué tratamiento es el adecuado y cuáles los productos a utilizar.
La renovación celular fisiológica se produce cada 28 días aproximadamente, la piel del rostro la lentifica por diferentes factores, como el no limpiar la piel adecuadamente, el exceso de oleosidad o el sol, lo que dificulta el acceso de los productos, como humectantes oxigenantes, sin poder mejorar la apariencia. Así es que notamos una piel engrosada y con poros dilatados, en esos casos lo aconsejable es realizarse un peeling.
¿En qué consiste un peeling? En el tratamiento se aplican sustancias, (algunas veces ácidos), que ayudan a eliminar los residuos y la piel muerta de las capas más superficiales, para facilitar así la renovación y oxigenación, favoreciendo con este procedimiento al recambio de las células cutáneas, ya que ayuda a destapar los poros obstruidos que asfixian la dermis. Los resultados son una piel más suave, fina, tersa y vital, un aumento del colágeno dérmico, con menos cicatrices superficiales, aclaración de máculas pigmentarias, mejora de surcos y arrugas.
Al renovar la piel del rostro, logramos que los ingredientes activos de cremas y ampollas, penetren mucho mejor y aumente la permeabilidad cutánea, así se consiguen los resultados esperados.
El profesional optará por indicar con qué frecuencia se debe realizar el tratamiento. El mismo se efectuará entre abril y noviembre porque el sol podría modificar la condición de estos ácidos y producir eritema, descamación o ardor.
Para cuidar nuestra piel tenemos que limpiar con la emulsión correspondiente, ir del centro del escote hacia los hombros y luego seguir por el cuello. Paso siguiente, usar una crema de día con filtro solar y por la noche repetir lo mismo, sólo que variando por una nocturna. No olvidar aplicar los productos en forma ascendente.
Muchas veces relegamos cuello y escote porque pensamos que lo único importante es el rostro, pero la piel de dichas zonas es más fina que la de la cara, casi sin glándulas sebáceas y con poca melanina, por esto se convierte en el blanco perfecto para las arrugas horizontales o anillos de Venus, flaccidez y manchas. Motivos por los que hay que dedicarles los tiempos y cuidados necesarios.
Estos son algunos de mis consejos como esteticista y cosmetóloga para que los tratamientos que te realices se hagan correctamente para obtener la compensación deseada.
Asesoró: Silvia Lucas (Esteticista - Cosmetóloga)
"AMATISS" Beauty & Relax
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