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Sáb, Abr

Dime qué haces, y te diré qué daño tienes

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 ¿Qué sucede cuando lo que elegimos para vernos bien nos termina provocando los efectos contrarios? ¿O cuando las malas rutinas cotidianas son el puntapié para deteriorar nuestra estética? Estás a tiempo de embellecerte, antes de que el verano te sorprenda, porque el cuerpo más bello no es el que más se trata, sino el que menos se maltrata.

 

Maquillaje: cuando tu rostro no respira

Una de las máximas que debemos seguir al pie de la letra, es la de retirarnos el maquillaje antes de irnos a dormir porque los residuos dejan impurezas que penetran en los poros, tapándolos y generando acné o puntos negros. Así es que la limpieza diurna y nocturna es esencial para mantener la piel oxigenada y sin obstrucciones.

Del mismo modo, es clave usar productos hipoalergénicos, retirarnos el maquillaje con tónicos que no agredan la piel (como los que no poseen alcohol), y chequear que los maquillajes no hayan vencido, porque esto podría ocasionar distintos tipos de alergias, con picazón e irritación facial.

Para tratar el acné y sus manchas características optamos por el peeling, que se realiza a través de químicos o por medio de microdermoabrasión con punta de diamante. Es un aliado excelente también para disminuir pequeñas arrugas de expresión. Es bueno que luego de realizarlo, el profesional calcule el tiempo prudente para combinar el tratamiento con luz pulsada. A través de este procedimiento lograrás una piel suave por medio de la estimulación de colágeno.

 

Dormir poco también cansa tu piel

Acostarte tarde y descansar pocas horas, no solo perjudica tu rendimiento diario, sino también tu piel. Si esto es una costumbre en tu vida, vas a notar que tu piel empieza a verse más opaca, con signos de cansancio y deterioro. Es decir que tiende a perder brillo y lozanía, y a parecer más envejecida y con pequeñas arrugas.

El buen descanso es fundamental, y por eso es preciso que respetes tus horas de sueño, pero que también hidrates tu rostro a través de cremas y tomando agua para extraer las toxinas de tu organismo; aquellas que se eliminarían naturalmente durante las horas en las que necesitás dormir.

Lo conveniente para combatir estos signos es recurrir al mesolifting, que se aplica por medio de microinyecciones con sustancias que rejuvenecen la piel de rostro. Hidrata, brinda luminosidad, tonifica y también elimina arrugas y líneas de expresión de manera indolora. Por otra parte, se usa el electrolifting que tonifica a través de corrientes eléctricas, para levantar y tensar la piel del rostro, evitando tanto la flaccidez como las arrugas. Es ideal para eliminar las bolsas de los párpados y arrugas del cuello, y brinda un aspecto rejuvenecido.

 

Cera: el daño del calor directo

La mayor parte de las mujeres, alguna vez, o en la actualidad, nos depilamos determinada zona del cuerpo con cera. Lo que desconocemos es que la cera muy caliente –tal como se suele usar en varios salones de depilación–, puede provocar desde manchas en las áreas sensibles, hasta arañitas o várices en las piernas.

Cuando esto sucede, aunque tengamos buenas piernas, éstas no lucen como antes porque cargan con un factor que las hace ver antiestéticas. Por este motivo, recurrimos a medias ultra opacas, pareos, pantalones o largos vestidos, para tratar de tapar lo que en otros momentos pudimos mostrar sin problemas.

Para tratar las várices y arañitas se utiliza la escleroterapia, con pequeñas inyecciones que actúan dentro del vaso sanguíneo para revertir el proceso. También se practica la ozonoterapia por medio de la administración de ozono. Esto favorece la circulación, porque mejora el flujo sanguíneo y oxigena la sangre, previniendo la nueva formación de várices y arañitas. Además, puede transportar oxígeno, incluso, a los capilares más pequeños. Su modo de aplicación es intravenoso, a través de una infiltración.

 

Comidas que disparan la balanza

Todas conocemos que la alimentación correcta es uno de los pilares para vernos bien. Las frutas, las verduras, los pescados, el agua y todos los alimentos naturales propician un cuerpo saludable, con un peso adecuado y una piel sana. Por el contrario, si nuestra dieta se basa en alimentos industrializados, como snacks, comidas rápidas y dulces, es muy probable que aumentemos de peso y hasta podamos padecer obesidad.

Tanto el sobrepeso como la obesidad, provocan múltiples problemas de salud, y también consecuencias negativas a nivel estético, como la celulitis y las estrías. Respecto de esto, podemos señalar que los malos hábitos alimentarios son la causa del sobrepeso, que provoca, a su vez, adiposidad localizada y, por ende, celulitis en piernas y glúteos. Al mismo tiempo, cuando el aumento de peso es excesivo, la piel tiende a estirarse y así se empiezan a notar las estrías. Lo mismo sucede con las oscilaciones de peso, que es otro de sus factores desencadenantes. 

Tanto las estrías como la celulitis se pueden combatir por medio de mesoterapia. Esta técnica utiliza microinyecciones de colágeno y elastina que se aplican en la piel. De este modo, el tejido cutáneo se recupera, se nivela y se suaviza. También se puede implementar la carboxiterapia, que consiste en inyectar el gas del dióxido de carbono en la piel, generando cambios en la textura. Los resultados son excelentes y las pacientes que la han probado advierten las diferencias porque la celulitis y las estrías se vuelven cada vez menos perceptibles. También se usa el plasma enriquecido con factores de crecimiento con una extracción de sangre de la propia paciente, que se centrifuga para separar el plasma y luego reintroducirlo en la piel afectada por medio de microinyecciones. La piel queda tersa y la celulitis y las estrías se atenúan notoriamente.

 

Vida sedentaria: un cuerpo en caída  

El ejercicio físico constante te mantiene en forma, cuida tu peso y además tonifica tu cuerpo. Es un hábito que no conviene que pierdas, porque el secreto de su efectividad radica en ejercitarte de manera persistente. Si hacés una vida con poca movilidad, generás que tus músculos pierdan firmeza, provocando flaccidez en brazos (el efecto “salero”), piernas, glúteos y abdomen.

Sabemos que un cuerpo sin tonicidad es poco sexy, y además, estimula un efecto visual de  envejecimiento, aunque seas joven. De este modo, pasar mucho tiempo sentadas, no realizar ninguna actividad física, evitar caminar y utilizar medios de transporte aunque sea por pocas cuadras, no subir escaleras y manejarnos por ascensor, son pequeñas y grandes acciones a favor del sedentarismo y en perjuicio de la tensión de tu masa muscular.

¿Cómo podés evitar este daño? La radiofrecuencia es un procedimiento que activa las fibras de colágeno y elastina, corrigiendo la textura. No solo modifica la calidad de la piel, sino que también reafirma y modela, eliminando la flaccidez y la acumulación de adiposidad. El tratamiento se realiza a través de un cabezal que transfiere energía y calor a las capas más profundas de la piel, sin dañar la superficial. También se puede utilizar la electroestimulación con ondas rusas, para combatir la flaccidez por medio de ventosas con electrodos que envían pequeñas descargas eléctricas para generar contracción muscular, dando firmeza y tonificación.

 

Cigarrillo, el aliado de las arrugas

Está claro que fumar es un hábito que deteriora nuestra salud en general, afecta órganos particulares, y contamina nuestras células. Al mismo tiempo, envejece la piel de forma prematura, la arruga (especialmente en la zona de la boca), la vuelve amarillenta y la deshidrata.

Por supuesto que lo ideal sería eliminar este hábito, para que el cuerpo empiece a desintoxicarse de manera paulatina. Esto colaborará con un mejor descanso, mayores niveles de energía, y un aspecto de la piel más fresco, descansado y juvenil.  Cuando las secuelas son visibles se puede recurrir al botox, que es un relleno muy eficaz para eliminar las arrugas del entrecejo, las famosas “patas de gallo” y las arrugas frontales y peribucales. Corrige arrugas leves y profundas, y también las previene. Con el transcurso del tiempo se reabsorbe y requiere nuevas aplicaciones. Del mismo modo, podemos utilizar el ácido hialurónico para lograr una piel tersa y rejuvenecida. A través de infiltraciones pequeñas, se coloca en el rostro una versión densa o fluida de este producto. En ambos casos, vas a reconocer los resultados desde la primera sesión.