Habitualmente los niños que están internados, por poco o mucho tiempo, sufren el encierro de un ambiente que no tiene que ver con los momentos típicos de la niñez. Cómo ayudarlos a afrontar esta situación es la clave que hay que tener en cuenta.
¿Cómo hacer para que la estadía sea menos traumática?
Enfocaremos la situación de internación entre los 4 y los 12 años, cuando el niño hospitalizado se encuentra vulnerable al estrés porque sus capacidades de afrontamiento están disminuidas. Si su dominio se ve afectado por la situación, el niño puede desarrollar, en un diálogo con especialistas, herramientas para poder afrontar su ansiedad. Debe conocer la situación temida, identificar su modo de afrontamiento y favorecer su despliegue. La clave pasa por lograr manejar la incertidumbre que la internación implica. En este sentido es conveniente poder explicarle lo que está pasando, cuánto tiempo aproximado de internación tendrá y ajustarlo a lo previsto.
Una de las formas de aliviar el malestar de encontrarse allí, es fomentar la realización de actividades extra hospitalarias, entre ellas la lúdica y en caso de estadías prolongadas, la actividad escolar. También es importante comunicarse con sus amigos de algún modo, (PC, teléfono, etc.) y de ser posible, recibir sus visitas. De igual modo, puede ser muy beneficioso que acompañen al niño los objetos de la vida cotidiana que le brindan placer y diversión, siempre que sean acordes a la situación de internación, y colgarle fotos de personas queridas por él.
¿Qué pueden hacer los padres?
Si existe un buen vínculo paterno, el acompañamiento continuo es la mejor manera de aliviar el malestar. La existencia de una sintonía afectiva entre hijos y padres es beneficiosa si propicia el diálogo sincero y honesto. Si fuera posible, hablar sobre su futura recuperación, y, si se puede, pasear por el pasillo con él.
Si los padres son muy jóvenes pueden verse beneficiados con Programas de Psicoeducación que les permitan obtener recursos para desarrollar estrategias funcionales. Suele ser muy positivo favorecer la regulación emocional.
Si los padres se sienten desbordados por el momento que están atravesando, pueden pedir ayuda a familiares y amigos, o a especialistas. Tiene una influencia positiva el contar con momentos para ocuparse de sí mismos.
Es muy importante considerar este aspecto ya que los niños leen en la cara la gravedad de la situación, por lo tanto, la ayuda que puedan recibir para manejar sus sentimientos, puede incidir sobre el bienestar del hijo. Los pequeños pueden sentirse confiados si comparten la tristeza o la preocupación.
¿Cómo se utilizan los juegos terapéuticos y las salas de juegos de clínicas y hospitales?
La sala de juegos es un espacio dentro del hospital o clínica en donde se reciben a niños internados que pueden salir de su habitación. También se permite el ingreso de sus hermanos y familiares y todos aquellos pacientes que concurren por consultas. El ver que otros niños están en el hospital, les permite normalizar la situación. En este espacio podrán encontrarse con diversos elementos que les ayuden a desplegar su creatividad, disfrutar de una actividad emocionalmente satisfactoria y recibir apoyo y contención.
El equipo de salud (médicos, enfermeros, kinesiólogos, psicólogos, entre otros) puede brindar espacios lúdicos que faciliten tanto la expresión de las emociones, como la integración de la experiencia a la vida del niño y de su familia. La utilización de cuentos, suele ser un recurso que favorece la fantasía brindando posibilidades de generar alternativas y de entretenerse.
Integrar lo vivido en un orden temporal (pasado, presente y futuro) y darle un nuevo significado, permite admitir lo vivido, adquirir aprendizajes y nuevos afrontamientos, aceptarse a sí mismos y replantear a veces un plan de vida.
Es muy positivo que tanto los padres, como el niño y los médicos puedan formar un equipo con buena comunicación.