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Sáb, Abr

Cáncer de Cuello de Útero, Argentina supera los 5.000 casos por año

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El cáncer de cuello uterino afecta la parte inferior del útero. En nuestro país se diagnostican miles de casos nuevos por año, con un alto índice de mortalidad (1.800 mujeres pierden la vida por esta enfermedad).

Después del cáncer de mama el de cuello de útero es la segunda causa de muerte por cáncer ginecológico en mujeres entre 35 y 64 años, a nivel mundial.  El virus de papiloma humano (VPH) puede provocarlo, pero una correcta acción preventiva permite controlarlo.

El virus del papiloma humano (VPH), es un grupo de más de 100 tipos de virus, entre los que se encuentran los denominados de "alto riesgo". Algunos de estos virus están presentes en el 99,7% de los cánceres de cuello uterino, por lo que la infección por VPH es considerada como un factor que eleva las probabilidades de contraer cáncer de útero. 

El VPH es una infección muy frecuente de transmisión sexual y un gran número de las portadoras no saben que lo poseen. La mayoría de las personas entran en contacto con el VPH en algún momento de su vida y lo eliminan espontáneamente del organismo al cabo de unos pocos meses (como ocurre con otros virus como los del resfriado o la gripe). Sin embargo, una pequeña minoría de mujeres no elimina el virus y corren un riesgo superior de padecer lesiones en el cuello uterino. 

Actualmente existen estudios capaces de detectar estas afecciones y que ayudan a la prevención del cáncer de cuello uterino:

  • Papanicolaou: es una prueba que permite detectar alteraciones incipientes del cuello uterino indicativas de un posible riesgo de que, en ausencia de tratamiento, se desarrolle un cáncer. La prueba se realiza en una pequeña muestra de células obtenidas del cuello de útero para examinarlas bajo un microscopio. 
  • Colposcopia: es un examen ginecológico específico que permite visualizar el cuello del útero para buscar posibles lesiones premalignas. 
  • Test de Captura Híbrida 2: es una técnica de biología molecular, que permite detectar la presencia de los 13 tipos de VPH considerados de alto riesgo oncogénico, antes incluso de que existan alteraciones visibles. Garantiza una identificación mucho más temprana de las mujeres con mayor riesgo de padecer cáncer de cuello uterino. Es una prueba sencilla e indolora y sumada a la observación colposcópica y la toma de Papanicolau permite detectar, con una certeza superior al 98,5%, la presencia de lesiones premalignas.

En Argentina se ha implementado una estrategia integral para la prevención del cáncer de cuello uterino con el fin de reducir su incidencia y mortalidad. Es fundamental realizar la consulta ginecológica al menos una vez al año y efectuar los estudios que permitirán un diagnóstico adecuado y un tratamiento específico.