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Vie, Mar

Los hombres son un mal necesario, al menos para hacer los arreglos de la casa

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Suele ocurrir que justo pasa algo en casa cuando estamos sin pareja y completamente solas, es cuando se quema una lamparita, se rompe un cuerito, salta la térmica o se arruina el botón del baño. ¿Qué podemos hacer nosotras si nunca resolvimos este tipo de tareas porque siempre estuvimos con alguien?

 

Primero, lamentar y maldecir por el hecho en cuestión y porque sucedió en el momento menos oportuno. En esos instantes, también nos ponemos a pensar lo necesario que es un hombre en la vida de una mujer, porque muchas nos hacemos las independientes pero en estos casos somos absolutamente dependientes de ellos.

Nos rompemos la cabeza para arreglar el asunto a solas, para demostrarnos que podemos y además porque nos da vergüenza molestar al vecino para esto.

Y nos empezamos a dar cuenta de todas las cosas que hay que hacerle a la casa. Habría que darle una mano de pintura, cambiar los enchufes porque algunos no funcionan bien, lo mismo que el botón del baño que pierde permanentemente y ya ni tiene la tapa correspondiente, también habría que cambiar el picaporte de la puerta de la habitación porque en cualquier momento nos quedamos encerradas, y arreglar la puerta del horno porque hace un ruido infernal cada vez que se abre y se cierra. Y ni que decir que cada dos por tres algún cuerito de la canilla se afloja.

¿Antes también se arruinaba tan seguido todo y yo no me daba cuenta, o pasa ahora porque estoy sola y no sé cómo arreglarlo ni tengo las herramientas adecuadas para hacerlo?

Con lo cual se reafirma la teoría que los hombres son un mal necesario.

Me parece que lo mejor es buscar una persona que venga a casa a arreglar todo mientras que busco dónde me conviene hacer cursos de plomería y electricidad.

¿A quién quiero engañar? No me gusta y no tengo tiempo tampoco para eso…me parece más fácil, y más entretenido, encontrar una nueva pareja que resuelva estos problemas hogareños.