¿Hombres y mujeres entienden a la amistad de la misma manera?

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Si bien a lo largo de la vida en la escala de valores el concepto de la amistad va variando y modificándose, no podemos negar que los amigos son importantes en toda la vida. Tenerlos y conservarlos en el tiempo requiere de desarrollar ciertas habilidades sociales. Muchas personas tienen más facilidad para relacionarse y rápidamente hacer amigos y otras, por mucho esfuerzo y empeño que pongan, terminan renunciando a la idea y aislándose cada vez más. 

Tener amigos es ampliar nuestra fuente de afecto, amor, cariño y la calidad de ellos dependerá del grado de inteligencia interpersonal que cada uno tenga; a mayor inteligencia interpersonal mejor calidad de amigos, entendiendo la misma como la capacidad de comprender e interactuar eficazmente con los demás. Esto mismo me lleva a pensar si hombres y mujeres entienden a la amistad de la misma manera. Entiendo que no, debido a que somos diferentes, tanto desde lo biológico como desde lo psicológico, en cuanto al pensar, sentir y actuar.

El varón tiene una forma de pensamiento más lineal, abstracta, lógica. Las emociones tiende a reprimirlas más. En su actuar generalmente no vuelve al pasado, da vuelta la hoja y sigue para adelante.

 

La mujer, en cambio, tiene una forma de pensamiento más en espiral en donde vuelve una y otra vez, necesita contar varias veces lo mismo sin cansarse ni aburrirse. Las emociones las expresa con mayor facilidad y en su actuar precisa de vínculos estables y seguros.

 

Entonces, ¿cómo son las reuniones de mujeres y las de los hombres? ¿Cómo se sienten, de qué hablan?

 

El género masculino generalmente charla de mujeres estando o no en pareja, siempre aparece algo para recordar y reírse, siente la libertad de poder expresar sin censura el atractivo físico de alguna mujer, el tipo de humor es más ácido hay indirectas y doble sentido. El querer lo demuestra con chistes más irónicos, la política y el trabajo son temas que no se dejan de lado y en cada reunión de amigos se recrea un nuevo negocio para  hacer, el fútbol no pasa desapercibido ni tampoco la ocasión para burlarse del equipo contrario.

 

Las mujeres en cambio se abren más al mundo de las emociones. Amigas, que tienen cierta confianza, se abren y cuentan cómo se sienten, si no tienen pareja hablan de los hombres que conocen haciendo conjeturas de si “está o no enganchado y qué pasará, si llamará o no”, las que tienen familia hablan de los esposos e hijos ya que generalmente comparten los problemas y buscan juntas posibles soluciones, a su vez se quedan preocupadas y pensando en los problemas de las demás. Tienen una gran necesidad de hablar y una comunicación de reflexión sobre la vida, la propia y la ajena.

Siguiendo con este orden de ideas seguramente el tipo de vínculo de dos amigas será muy diferente a cómo se vinculan dos amigos. 

 

Los hombres se quejan de no entender a las mujeres y éstas a ellos. El poder lograrlo tiene que ver con aprender a pensar, sentir y actuar como lo hace el otro. Estas diferencias estarán más o menos marcadas en cuanto al grado de conexión que cada uno tenga con su parte masculina o femenina.

Hay un concepto interesante que describió Carl Gustav Jung (1875- 1961) sobre al animus y el anima, en donde dice que el anima es el aspecto femenino presente en el inconsciente colectivo de los hombres y el animus es el aspecto masculino presente en el inconsciente colectivo de la mujer. 

 

Es importante conocer y conectarse con ambos aspectos de cada uno, dado que esto mismo nos hace seres más completos, de un mejor y mayor entendimiento hacia los otros. Y principalmente poder aprender de las diferencias para lograr una amistad sana y sin tantas incompatibilidades.